Psicólogos de barra
José Rodríguez Rodríguez (El Cairo): «Mi prioridad es que el cliente se sienta a gusto»
Es uno de los camareros de este emblemático establecimiento del centro de Sevilla, un espacio que ha cumplido 45 años de historia y que ha sabido renovar su ambiente dando paso a nuevas generaciones de clientes
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónJosé Rodríguez es de esos empleados de hostelería que escasean en la actualidad, un perfil muy cotizado que se entrega por el negocio como si fuera propio y que siempre sabe estar en su sitio. Ante la crisis de personal que atraviesa el sector, contar ... con un camarero como José es toda una suerte y por eso a pesar de llevar poco más de dos años en El Cairo se ha convertido en uno de los puntales de su día a día. Iván Salas, propietario del restaurante, lo conoció durante su etapa en Manolo Vázquez y no dudó en ficharlo cuando se dio la oportunidad.
Hoy nos sentamos con él para ver cómo son sus maneras y costumbres a la hora de atender al público que llega a El Cairo.
¿Cómo es la clientela que se acerca a El Cairo?
Es de lo más variada. Tenemos clientes de toda la vida que son vecinos y con los que ya hay forjada amistad entre el personal y ellos. Vienen los hijos de los que ya venían hace décadas, aunque los jóvenes suelen preferir la barra y un tapeo más informal.
También acogemos diariamente a turistas nacionales e internacionales ya que nos encontramos en una calle muy transitada. Este público suele inclinarse por la terraza siempre que el tiempo acompañe. Después están los clientes que buscan la tranquilidad del comedor interior para compartir momentos más íntimos, y aquellos que optan por nuestro “camarote”, como llamamos al espacio reservado donde se celebran tertulias y programas radiofónicos de índole taurina o deportiva.
¿Cómo es el equipo que trabaja en El Cairo?
Estamos muy volcados con la clientela y preparados para las grandes aglomeraciones, que en este establecimiento se dan con frecuencia, como ocurre en Semana o Feria. En esas fechas estamos tranquilos porque todo el equipo sabe cómo actuar en cada momento. Esto es un referente para muchos clientes que llevan viniendo toda su vida en esas fechas. El salón, la terraza y la barra están llenos de vida especialmente esos días, con gente que espera su turno para hacerse su hueco en la barra o que reserva con mucha antelación para un encuentro más formal.
¿Y cómo es el trato que dan al cliente?
Profesional y cercano. Éste es un restaurante serio pero se cuida mucho la cercanía en el trato. Para mí la prioridad es que el cliente se sienta a gusto. Siempre me vuelco en los negocios donde trabajo como si fueran míos, tanto en cuestiones de personal como de mercancías o cualquier cosa que surja en el día a día.
¿Reciben parroquianos de toda la vida?
Efectivamente. Aunque cada día llegan turistas por la ubicación que tiene el restaurante, el día a día también cuenta con una clientela asidua que viene por costumbre. También mucha gente que va de paso y público local que no se resiste a la tentadora terraza. Nosotros siempre tratamos igual al cliente, ya sea turista o parroquiano. Recomendamos nuestras especialidades, aunque cada vez más el turista ya viene con las tapas que quiere pedir en la mente, supongo que será cosa de los hoteles o las agencias.
¿Qué especialidades de cocina recomiendan?
La cola de toro la ofrezco mucho, y a los turistas les ocurre que aunque no pensaran pedirla porque no tienen costumbre de tomarla, se van encantados. La mayoría viene con la idea fija de la paella. Tenemos cocina tradicional andaluza pero sin dejar de lado las últimas tendencias gastronómicas. Siempre hay fuera de carta y la cocina permanece abierta hasta el cierre. Pescados, mariscos y especialidades como ensaladilla de gambas suelen ser de lo que más sale.
Y con los parroquianos, ¿hay un trato de confianza?
Muchos ya nos conocen por nuestro nombre y cuando llaman para reservar se identifican y también los conocemos. Si llegan sin reserva siempre tratamos de buscarles un hueco.
Quién es
José Rodríguez tenía pensado estudiar Electricidad Industrial pero cambió de planes cuando descubrió el mundo de la hostelería. Quería obtener unos ingresos para sus estudios y empezó ayudando a un amigo que tenía una venta en Valencina de la Concepción, localidad a la que pertenece y donde sigue viviendo. Sin esperarlo, surgió la posibilidad de encargarse de una heladería en Matalascañas y no dudó en embarcarse en aquella aventura que duró 13 años.
Después llegó a Sevilla, donde estuvo durante 23 años como camarero en el restaurante Manolo Vázquez hasta que falleció su propietario y cerró el establecimiento. Pero como perfiles como el suyo están rifados en los tiempos que corren, Iván Salas de El Cairo no dudó en incorporarlo a su plantilla, donde ya ejerce como uno de los hombres de confianza del negocio.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete