Enrique Becerra: "Un negocio tan personal no puede continuar si yo me voy"
“No había otra, yo no he tomado esta decisión, la ha tomado el destino por mí”. Así concluye Enrique Becerra una entrevista en la que aclara lo difícil que le ha resultado tomar la que seguramente haya sido la decisión más trascendental de su ... vida. Aunque no ha sido fácil dar el paso le queda la tranquilidad de que “no tenía otra opción”, y se muestra sereno ante un futuro que se le antoja incierto y, por qué no, ilusionante en su desconocido desenlace. Ya tiene dos novelas en ciernes y la secreta esperanza de disfrutar de su ciudad con la intensidad que su negocio no le ha permitido, claro está, una vez que la pandemia haya pasado a la historia.
¿Cuánto le ha costado tomar la decisión de cerrar su restaurante?
Hay imponderables en la vida que no se pueden discutir y mi salud me lleva dando avisos desde hace algo más de dos años. Después de varias intervenciones en las que no he quedado bien me han recomendado llevar una vida tranquila y alejada de esfuerzos, algo incompatible con la hostelería.
¿En ningún momento se ha planteado que su negocio continúe sin usted?
La hostelería tal y como yo la concibo es un negocio muy personal que no puede continuar si yo me voy. Para mí no es un negocio, es un oficio al que llevo toda la vida dedicado. Los clientes, los proveedores y todo el que llega espera verme a mí, que es a lo que está acostumbrado. Si continúa y no estoy yo se irá perdiendo la imagen que he creado en estos 40 años y al final todo el mundo se irá desengañando porque no encontrará lo mismo. Eso sería más triste que cerrar ahora. Prefiero que quede el recuerdo de estas cuatro décadas.
¿Nadie cercano ha mostrado interés en continuar su trabajo?
Mis hijos están dedicados a sus carreras y, aunque ambos han pasado por el restaurante, prefieren no dedicarse a las hostelería porque conocen lo exigente que es. Mi hijo es informático y mi hija relaciones públicas, ambos tienen su vida hecha y sus familias. Enrique Becerra es un negocio para estar al pie del cañón, no es un establecimiento que se dirija desde una oficina y que funcione con comida precongelada porque no es ese el concepto que mi familia ha cultivado.
Fachada de Enrique Becerra| Foto: Fran Moreno
¿Qué vida cree que tendrá esa esquina en el futuro?
Yo lo cierro y si alguien tiene interés que hable con la propiedad y se ponga de acuerdo. Eso sí, espero que sea un negocio digno, aunque yo preferiré no pasar más por allí.
Si algún día pasa y ve que han puesto un bar de copas… ¿qué le pasará por dentro?
De momento ya digo que evitaré pasar porque para mí sería doloroso. Esa esquina se ha llevado 40 años de mi vida y prefiero quedarme con los recuerdos que me llevo, que son muchos, al igual que los amigos. Eso sí, si alguna vez paso y veo que han puesto un MacDonals me doy dos chocazos… Que pongan lo que quieran, un bar de copas, un restaurante, pero que sea un sitio digno.
¿Qué le ha dicho su familia de la decisión que ha tomado?
Mi familia desea que me recupere y sabe que tengo otras habilidades que me tendrán ocupado a partir de ahora.
¿De qué está escribiendo?
Tengo dos novelas, una ambientada en un viñedo y otra de género negro que transcurre en Sevilla.
¿Y sus conocidos y amigos? ¿Cómo se han tomado la noticia?
Me están demostrando su cariño con llamadas y mensajes. Todos entienden que haya tomado esta decisión. Tengo 62 años, ¿qué hago? ¿Me muero detrás del mostrador? Mi salud no me permite seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida, una dedicación con la que he disfrutado muchísimo pero que también ha sido muy sacrificada y no me ha permitido disfrutar de una Feria o una Semana Santa.
Para terminar, ¿cómo cree que se recuperará el sector de la pandemia?
Va a tardar bastante en solucionarse y recemos para que no haya un nuevo brote, pero sí está claro que esta situación marcará un antes y un después y que la recuperación va a ser muy lenta.
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