Vuelta a lo básico

Antes de seguir vaya por delante un aviso: Al igual que Renault dice en la publicidad de su modelo Espace “¿Y si el verdadero lujo fuese el espacio?”, nosotros nos preguntamos “¿Y si el verdadero lujo es poder venir a comer a estos sitios entre semana y no con la bulla de los días festivos?”. Y lo decimos porque seguro que nada tiene que ver la tranquilidad con la que hemos podido comer un miércoles – bien atendidos y mejor despachados – con lo que se debe vivir aquí un fin de semana.

A la hora de pedir en estos sitios hay que intentar ceñirse a lo que viene todo el mundo a comer, es decir, a la carne y sus variantes.

Hemos comenzado con media de choricitos fritos riquísimos, en su punto, jugosos y acompañados de un pan del tipo prieto de la Algaba que pedían a gritos hacerse un bocadillo. Los entrantes los hemos completado con unas muy correctas croquetas y unas gambas al ajillo más generosas que deliciosas.

Y hemos acabado con una presa ibérica , jugosa y en su punto y un entrecot de ternera , también de reseñable calidad y en su punto.

Todo acompañado con una fuente de patatas fritas buenas, pero desgraciadamente no caseras

De postre, este sí casero, una tarta de manzana bien horneada y sabrosa

En definitiva, el placer de un clásico para una comida clásica; un precio moderado pero no tanto y una sensación agradable al ver que no todo se ha perdido en el Aljarafe.