Veganí: «Pan, vino y verdura quitan el hambre»

Tras ese periodo, deciden volver a Sevilla evolucionando Veganí a un restaurante para aplicar todo lo aprendido. Paula dirige una sala que todavía esta en construcción y que, aunque muy limpia y minimalista, se hace ruidosa.

A los mandos de la cocina está Andrés , quien ha desarrollado una carta corta que se irá adaptando a la estacionalidad del producto, pues al ser sólo de origen vegetal se rige por sus temporadas.

La oferta además se amplía con una selección de esos vinos naturales que están en tendencia y van ganando cuota de mercado.

El aperitivo fue un gazpacho con su gilda, un divertido juego donde ésta representa una versión sólida del plato, ambas elaboraciones son excelentes además de originales.

La ensaladilla de patata machacada y brócoli se queda en cambio a medio camino de una ensalada de patata. Algo seca y el brócoli no le aporta esa salinidad que le dan el marisco o el atún en su versión tradicional.

El sandito, una mezcla entre el katsu-sando japonés y el serranito , es un sándwich que hacen con tomate, pimiento frito, una mahonesa y el pollo lo sustituyen una ‘carne’ procesada de soja texturizada.

En esta ocasión, curiosamente al menos para mí, todo funciona muy bien, es verdad que la ‘no-carne’ queda en un segundo plano y casi solo aporta textura al bocado, porque el protagonismo lo tienen el pimiento y la salsa que está muy conseguida.

La tortilla estofada la hacen con una mezcla de harinas y patata, en la que se echa en falta la sedosidad que aporta la yema de huevo, lo cual resuelven con una de las mejores salsas al whisky que he tomado últimamente y el resultado acaba siendo positivo.

Otro gran plato fue el puerro al strogonoff, este guiso de verduras clásico de la cuenca del Danubio y que Andrés lo tiene muy afinado.

La comida termina con postres más frescos que dulces, como el sorbete de menta con higos y helado de hierbas que les hace la heladería Bolas.

Me parecen un soplo de aire fresco estas propuestas de cocina, además teniendo un cocinero con mano detrás se hacen muy disfrutables. La pregunta del millón, ¿se echan de menos los productos no veganos? Pues en algunos platos sí y en otros en absoluto.