Tradevo: «Corazón partío»
Recomendado
“La marca -que es casi patrimonio de la ciudad- y su público fiel se merecen un sitio, una cocina, un servicio deslumbrante”
Necesitamos tiritas “pa este corazón partío”. ¿Se imaginan a Casa Román en la Avenida, o el bar EME en un local mayor? Pues Tradevo Nervión se ha mudado casi al
Porvenir. ¿Cuántos sevillanos habíamos convertido ese pequeño local de la placita del Pintor Amalio…en ... un sitio de peregrinación que corrimos a contar a otros sevillanos y posteriormente a aficionados a la buena mesa de fuera de nuestra ciudad? Entrábamos por sus puertas como por nuestra casa, sabíamos cual era la mesa buena, el camarero más atento y conocíamos la pizarra de memoria. Y claro que entendemos que con la maldita pandemia lo han pasado mal y que no tenían sitio para poner veladores pero, hombre, esto no se nos hace. El nuevo local se podría decir que padece de gigantismo. A ver si lo explicamos. Hemos estado un par de veces y no nos hallamos. Pero lo que es peor el personal tampoco se halla: el servicio puede, o no hacerte caso en treinta minutos de reloj, o tener tu mesa atendida por hasta cuatro camareros distintos. Y eso que el local es bonito (salvo la entrada, que va directa al baño) y en la línea de los nuevos locales oscuros, iluminación cálida, sillones que rodean paredes para ganar espacio, benditas mesas redondas y grandes cristaleras a la terraza. La terraza es quizás demasiado grande y todo un poco caótico porque una vez que nos atienden llega todo rápido y a la vez, sin el cuidado en los tiempos a lo que nos tenían acostumbrados.
¿Y cómo es la cocina de este nuevo Tradevo ? Pues los platos de siempre, tan buenos como siempre: l a sardina marinada, madre de todas las que se hacen en Sevilla, su
canelón de aguacate, los tallarines de sepia y su boquerón frito macerado al limón (mejor pedir estos sólos que el tentador “tríptico” al que a los boquerones añaden berenjenas y crispys de pollo que no están a su altura). En cuanto a los platos nuevos, ahí tenemos más dudas y no nos encantaron ni la tostada mexicana (tortilla de maíz frita y algo aceitosa con un salmon acevichado algo insípido, guacamole y cebolla), ni el mini brioche de puntillitas fritas (quizás porque el pan “tieso” se cargó el bocado), ni la fideuá marinera que, por el contrario, se les queda demasiado sabrosa. Tampoco nos entusiasmó esta vez su hamburguesa (ahora con carne de presa, tomate encurtido, cebolla y queso chedar), o al menos en comparación con las que recordábamos de secreto y queso brie. Nos reconciliamos con cocina al pedir dos de sus “fuera de carta”: los calamarcitos pequeños a la plancha y el pargo frito . Excelentes.
Pocas veces hemos sufrido mas que hoy escribiendo estas líneas. La marca Tradevo – que ya es patrimonio inmaterial de Sevilla- y su público fiel nos merecíamos haber llegado a un sitio deslumbrante, con una cocina aún mejor que la anterior y evolucionada como la “evo” de Tradevo señala. Pero lo que se encuentra es que lo que se hacía bien se sigue haciendo al mismo nivel -si no están desbordados- (porque no olvidemos que siguen siendo una excelente elección) pero el servicio y los nuevos
platos no están a la altura. Tradevo no puede pasar de ser uno de los mejores establecimientos de la ciudad, siempre en nuestro top ten, a uno más sin identidad por culpa de haber casi triplicado las comandas.
Seguro que en las próximas semanas y meses volverán a encontrar su sitio y encajarán mejor y, si no, siempre nos quedará Tradevo Centro.
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