La Tizná: «Mens sana in corpore sano»

Aunque en esas galas sólo se premian a restaurantes de alta cocina, dan pie a que surjan conceptos más desenfados y enfocados en un público más amplio. Es el caso del restaurante que hoy visito, La Tizná, un nuevo establecimiento en la zona de La Buhaira sevillana que añade además una pequeña tienda de productos ecológicos.

El local es desenfadado, para mí de hecho puede pecar en algunas cosas de descuidado, por lo que la primera impresión quizás no sea la mejor. Estas dudas se disipan en cuanto los escuchas hablar de sus productos escogidos con tanta dedicación.

Empezamos con la ensaladilla 'la Tizná' , hecha con papas de Sanlúcar, pimientos a la llama, zanahorias encominás, melva, guisantes lágrimas -en temporada actualmente-, y una mahonesa hecha al momento. Maravillosa, mezclan los ingredientes delante del cliente y es realmente excepcional.

Sigue la comida con el aguacate de Ojén , pueblo de la serranía malagueña, semiasado que acompañan con col encurtida, rabanitos y salmón. El conjunto es quizás algo insulso. Junto con los aguacates traen a la mesa un pan de barra artesano con trigo antiguo hecho por el obrador de Mairena del Aljarafe La Esencia.

Nos gustaron mucho las bravas y arrugás, patatas de Sanlúcar cocidas, rotas y asadas con emulsión de kimchi, paprika y crema fresca de hierbabuena. No se busca un picante como tal, es más bien una acidez casi nasal que da esa sensación de picor pero que realmente no lo es. Me falta el crujiente de la fritura, pero dicho esto tengo que reconocer que son extraordinarias.

La comida termina con roast beef de estero, el cual está madurado durante 45 días y que sirven al peso. El punto más flojito de la comida, ya que me resultó bastante seco, incluso con la salsa que le acompaña.

Endulzamos el final tanto con su tarta de chocolate como con la de queso. Aunque me gustó más la primera, ninguna de las dos era memorable.

Me voy con buenas sensaciones de La Tizná, hay mucha más cocina en su interior que la que en un primer momento puedes pensar. Esa apariencia desaliñada, que también se reproduce en la presentación de los platos, se queda ahí y los mismos son notables en los demás aspectos.