La Zaranda: «Una prometedora novedad clásica en Los Remedios»

No he querido escribir de ellos hasta visitarlos varias veces, casi todas las primeras tanteando su barra y las dos últimas sentado en mesa,. Y es que tienen una barra bastante incómoda , escoltada por un pilar, que acoge a sus habituales de reunión diaria, además de a torpes, vagos o sibaritas que van a por su ración de comida para llevársela a disfrutarla en casita.

En realidad este bar de Virgen de Consolación , a la espalda del Museo de Carruajes, era anteriormente Rafael, y estaba al otro lado de la Plaza de Cuba, detrás de José Luis , que por hablar de José Luis con sus más y sus menos, ya que lo he citado, es uno de esos sitios que habría que proteger: si algún día desapareciera a muchos nos daría muchísima pena…

Uno de los puntos fuertes de esta Zaranda es la veteranía de su personal , veteranía que se refleja en el trato que nos dan, en el adelantarse a lo que se pide y en hablarnos y tratarnos como a señores, no como a caballeros .

Pero si todo quedara ahí mal iríamos.  Además está lo de la limpieza que tanto valoro, pero sobre todo tiene una cocina que es de las mejores del barrio.

Hoy hemos comido, fuera de carta, media ración de unos langostinos de Sanlúcar maravillosos a un precio más que razonable servidos en una bandeja de porcelana blanca de las que no quedan, seguidos de una navajas a la plancha muy ricas de sabor, aunque no tanto como sus predecesores; han fallado en los tiempos, porque nos las han llevado con la mitad de los langostinos pidiéndonos a gritos que nos los comiéramos, y se nos han enfriado.

Después nos han traído nuestra tapa estrella, que son los boquerones al limón , de calidad excepcional, lomos anchos y carnosos, fritos como ellos saben, sabrosos como pocos.

A partir de ahí hemos ido pasado al capítulo de carnes : flamenquín casero sacado directamente del congelador, bastante achicharrado por fuera y crudillo por dentro sin estar frío, acompañado de muy buenas patatas fritas “chips” de paquete y con mayonesa comercial -no casera- bastante buena.

Hemos rematado con carrillada ibérica y solomillo al whisky , ambas tapas con patatas panaderas auténticas. El solomillo al whisky difícilmente superable en su clasicismo y sabor y la carrillada fácilmente superable en tamaño y sabor.

Seguiremos repitiendo mientras podamos, porque por limpieza, calidad, servicio y precio es de los mejores bares de Los Remedios. A ver si nos siguen invitando a “eventos” de los que se organizan en el cercano  Club de Enganches , que nos dejan con más hambre que otra cosa, y nos obligan a venir a visitar a estos señores tan serviciales y comprometidos con este dificilísimo mundo de la restauración.