Huracán: «Soplan aires nuevos»

Hoy la traemos a nuestra quincenal crítica porque han cambiado de aires en la decoración y en la carta. Además, han creado una zona de barra mucho más agradable, inspirada quizás en los éxitos que tienen sus bares de Los Bermejales y Heliópolis.

Los cambios más importantes de la carta son los dedicados al atún (separado en brasa, crudos y salazones) y las carnes de raza (rubia gallega, irlandesa, argentina, angus, retinta, etc..). Y en el apartado de diseño, nos encanta la denominación de “pescados de subasta” al pescado salvaje que siempre han tenido y preparado bien en esta casa.

No sentamos al sol en una de sus mesas, vestidas de manteles grises y servilletas blancas -gracias por algo tan sencillo y que tan de buen humor nos pone- y como siempre aquí acertamos pidiendo de entrada unas coquinas excelentes. A continuación, probamos el tartar de tarantelo de su carta de atún, que nos parece más que bueno, con especial acierto en la combinación con la cebolla frita, pero en la que nos sobra el maíz. En cambio la tosta de atún ahumado se nos antoja algo basta.

Seguimos con pescado, pero en este caso corvina , santo y seña de esta casa y con la que nunca te equivocas. Fresca y traída en un punto que muy pocos le dan.

Terminamos con un secreto ibérico especialmente sabroso y con una presa ibérica que se les pasó de hecha, ambas acompañadas de unas acertadas patatas con su piel.

Resumimos como lo hicimos en nuestra última visita, contentos con el sitio, con la comida, viendo a niños jugar pero sin molestar, disfrutando de una terraza de las que no quedan y a un precio razonable – que no económico- en línea con la calidad que ofrece. Un sitio donde siempre volver.