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Si hay dos momentos en los que la hostelería sevillana –sin generalizar- suele dar lo peor de sí misma, esos son la Navidad y la Semana Santa. La una por mor de las dichosas comidas de empresa y la otra por convertir bares y restaurantes ... en puestos de avituallamiento de bocatas lacios. Y además con el retrete siempre cerrado, aunque esto último es culpa del Ayuntamiento que da por hecho que los urinarios de la hostelería son públicos y por tanto ahí puede entrar cualquiera y entonces para qué van ellos a poner servicios públicos en la calle. Ninguna de estas circunstancias se daba en la taberna origen de nuestro tabernero de hoy. Jesús Rosendo es sobrino del mítico Vicente “El Traga”, tasca eterna gracias al libro del maestro Garmendia, “El Traga, santuario de la gracia”. Después de una trayectoria de pelotazo gordo en La Azotea, Rosendo junto a Manolo Adame dejan lo de Jeanine Merrill y Juan Antonio Gómez para ponerse por su cuenta. En plena Alfalfa han ido a poner la era con un concepto de gastrobar apoyado en tapas grandes para compartir. Decoración moderna pero nada fría y mesas altas y bajas (quizás demasiadas) conforman un local donde ya es difícil coger sitio. Rosendo es un artista. Un cocinero que sorprendió en sus inicios por su calidad pese a ser autodidacta. Porque aquí donde lo ven no ha ido a ninguna escuela de cocina, a Dios gracias. Todo lo ha mamado en casa o en la taberna junto a su padre, el inolvidable e inclasificable Jesús.

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