El Nómada: «Una pizzería con vistas»

Lo primero que nos encontramos al llegar es una terraza llena de mesas donde los vecinos del barrio comparten una Cruzcampo fría a los pies de la iglesia de San Marcos. El ambiente es familiar y cercano, más propio de un bar de barrio que de una pizzería.

El local situado en la esquina de la calle San Luis con la plaza de San Marcos, tiene dos plantas y una coqueta terraza con unas maravillosas vistas (ahora solo abierta los fines de semana). Al entrar una barra desde donde se atienden los pedidos llena de cajas de pizza para llevar, hace de antesala al espacio de la cocina – abierta tanto al local como a la calle a través de un amplio ventanal- con un pequeño horno de leña. En el comedor con grandes ventanales, mesas y sillas de madera robusta todo parece un poco improvisado – como las medidas a adoptar en este tiempo nuevo que nos ha tocado vivir – pero correcto.

A nosotros nos atienden y sirven rápido, no sé si porque nuestra mesa está algo encima de ellos, pero en el ambiente se respira un poco de atasco con los pedidos tanto de los veladores como de los de «para llevar». Una carta extensa, en la que encontramos desde ensaladas a hamburguesas, burritos y, por supuesto pizzas, hace que nos cueste decidirnos. Compartimos una ensalada de espinacas con bacon salteado, naranja, tomate, nueces, cebolla y aliño de mostaza, miel y Módena…nos encanta la mezcla, muy sabrosa, aunque mejor para tres que para dos por contundente. Pero muy buena opción para compartir. Aquí acompañan los platos de un pan de leña en forma de cuñas y una especie de picos que, cuidado, pueden ser adictivos. Nos atrevemos con un superburrito de pollo con salteado de verduras, queso, lechuga, tomate y una salsa de pico de gallo con lima. Es diferente a los burritos que habíamos probado: bueno de sabor, pero quizás excesivo tanto en el tamaño del burrito como en la cantidad del relleno. El plato viene acompañado por unos nachos caseros que hacen que nos apuntemos volver a probar este plato que ofrecen con guacamole y queso fundido. Y terminamos con una maravillosa pizza Al Andalus , con jamón cocido, cebolla, champiñones, aceitunas y muchas alcaparras que le dan un toque distinto. Es de estas pizzas que solo con verla y olerla ya sabes a qué sabrá: muy buena. Nos quedamos con ganas de volver para probar sus hamburguesas en pan de leña o sus postres caseros.

Una buena opción para disfrutar en familia. O bien para un atardecer tranquilo -cuando vuelva a ser posible- en su maravillosa terraza y en compañía de una de las mejores pizzas de esta ciudad, que en San Marcos se convierte en pueblo.