Bache San Pedro: «El sabor de Cádiz sin pagar el peaje de la AP-4»

El local ofrece varias opciones para acomodar al comensal. Barra, mesas bajas y altas y una terraza con veladores . Finalmente optamos por una mesa alta. Rápidamente, las primeras cervezas y unas aceitunas que nos sorprendieron por el aliño. Empezamos con buen pie.

Mientras ojeamos la carta con la justa calma que uno debe tener para no dar pasos en falso, el camarero nos sugirió los platos con más salida de la carta. Sencilla, con solo dos bloques, salado y dulce , pero con algunas licencias de redacción «creativa» que ya cansan, como, por ejemplo, croquetas de puchero «las mejores del mundo» me lo ha dicho mi abuela. Sigamos obviando estos deslices.

Somos de la corriente que opina que si el sitio tiene una buena ensaladilla lo demás va rodado. Así que nos decidimos por la ensaladilla de carabineros con emulsión de sus cabezas . Prometía, pero la intensidad del carabinero y la integración del plato con la emulsión del jugo de las cabezas se quedó algo descolgada del resto de ingredientes. Aceptable.  Para la próxima, probaremos los tomatitos pelados con cremoso de payoyo .

Picante, fresco y aromático, con sabor a mar y un toque dulzón. Quizás uno de los platos que mejor identifican la cocina de Bache. El saam de ortiguillas (algas, salsa de cangrejo, hierbabuena y aceite de chiles) ofrece una serie de saltos gustativos que recorren de un bocado la gastronomía andaluza y asiática. Interesante.

¿Kebab de chicharrones y queso payoyo? Continúamos con la parte menos ortodoxa de la carta, donde el comensal puede percibir la versión más singular de la cocina de Bache. Un plato redondo desde el pan, nos recordó al pide (pan plano turco) o al pan de pita, hasta la conjunción del chicharrón de Cádiz con el payoyo y el toque picante de la salsa de achiote .

Entre tanto salto por el mapamundi nos entró nostalgia y decidimos fijar la chincheta en Andalucía. Así probamos el sabor al punto justo de la corvina asada con jugo de sus espinas y palo  cortao perfectamente rebajado.

También la cabezada a baja temperatura y glaseada . Para los que no ubiquen esta parte del cerdo, es la parte superior del animal que hay justo detrás de la cabeza. La carne se deshacía . La carta la cierran algunos postres como el cremoso de chocochile con espuma de tomillo y crumble o el arroz con leche cocinado a fuego lento . Y lo que ya es tendencia en muchos gastrobares de Sevilla. De postre… ¡Queso! Y aquí claramente la apuesta es por el payoyo de Cádiz.

Ya saben. Si quieren disfrutar del buen producto que ofrece la provincia gaditana y descubrir cómo maridan con algunos ingredientes de Asia y Latinoamérica, no tienen que pagar ni billete de avión ni el peaje de la AP-4. Con sólo abonar la cuenta, unos 30€ por persona, recorren medio mundo sin perder de vista nuestra excelente gastronomía.