Castizo: «Comer y cantar»

Lo primero que hay que decir es que, a diferencia de otros muchos, mantiene la barra, verdadero santo y seña de nuestra gastronomía. Y gracias a esa barra, cómoda y cervecera, uno tiene palco de primera para ver el espectáculo de su cocinero dirigiendo esos fogones abiertos al público. Cuando le ves trabajar te das cuenta de que disfruta con meticulosidad de su trabajo -y lo contagia al resto del equipo de sala- y de que es capaz de hacer cosas buenísimas y locuras quizás no tan logradas; de hecho, puede llegar a hacer fácil lo difícil y no acertar tanto en lo que en principio parecería chupado.

La carta es clásica (“castiza” como ellos dicen, aunque no sea esta una palabra muy sevillana) con todo lo que nos gusta por aquí: ensaladillas, fritos, guisos, montaitos….pero con reseñables vueltas de tuerca: por ejemplo, una arriesgada coliflor tostada, con una salsa holandesa trufada o una cebolla entera -entera, entera- frita a la que añaden una crema de queso. En nuestra opinión el primero de estos platos mucho más logrado que el segundo. Curiosamente lo mejor que hemos probado son sus platos tradicionales; unas espectaculares y más que recomendables lentejas con verduras y un excelente atún encebollado . También son de reseñar, fuera de carta, unas huevas a la plancha con un delicioso pisto de acompañamiento y unas croquetas de gambas , muy bien fritas y con una bechamel compacta pero suave que incluye tropezones de gambas que redondean el plato.

Especialidad de Castizo| Foto: Castizo

Por el contrario, no hemos entendido algún plato como los barquitos de pan recién hechos en salsa verde (sic) que imaginamos que es una ida de olla -nunca mejor dicho- del cocinero. Pero así es Castizo y esta es su personalidad. Desde luego podría pasar – si te olvidas por un momento de su cuidada decoración e inconfundible estilo- por un bar de barrio de esos donde nos hemos dejado la juventud, con tapas de siempre, con buen cuchareo y con camareros amigables. Y sólo por eso, por sus lentejas -e incluso por la playlist que escuchan en la cocina- se merece más de una visita.