Cal Viva: «La vuelta a los orígenes»
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Cal Viva , la nueva propuesta del cocinero Leonardo Ramos que después de triunfar en Sevilla con DeÓ y una pausa por motivos familiares, regresa a su ciudad natal con este nuevo proyecto. La cal de Morón es una de las señas de identidad ... de su pueblo. En pocos lugares podrá encontrarse una tradición tan antigua y profunda como es la de la elaboración de la cal y su arte popular de utilizarla.
Desde tiempos romanos, miles de toneladas llevadas a lomos de borriquillos forman parte de los pueblos blancos de Sevilla y sus alrededores. A la hora de buscar nombres y de consultar muchas posibilidades, cayó en sus manos un libro editado por el Museo de la Cal de Morón: Cal Viva el trabajo de los caleros en Morón. Pero no fue él quien decidió el nombre sino su mujer, que dijo: «ya lo tenemos: Cal Viva».
Y con este nombre arrancó el pasado 20 de noviembre este nuevo proyecto de Leo. Cal Viva, defiende una propuesta de cocina de mercado, pegado al terreno que pisa y marcado por la cercanía de su entorno.
Tagarninas, espárragos, legumbres, verduras , pero también caza menor forman parte de su oferta gastronómica. Se suman los pescados de la cercanía tanto de Huelva como de Cádiz, a través de proveedores de confianza.
Entrantes fríos, entrantes calientes, ensaladas y verduras, pescados, carnes y postres. Así está vertebrada la carta del restaurante con unos 30 platos, a la que se unen, normalmente 5 ó 6 platos fuera de carta.
Arrancamos con un delicioso buey ahumado y curado al estilo de una cecina con aceite de trufa y puntos de tomate, piñones garrapiñados y setas en crudite . Riquísima combinación.

Unas ortiguillas de Chipiona fritas con una emulsión de algas , tal vez un poco pasada de punto de fritura.

Unos ricos canutillos de ‘pringá’ del cocido sobre humus de sus garbanzos , muy buena combinación.

Un genial plato de temporada y homenaje a su tierra estos espárragos con huevo a baja temperatura .

Un morrillo de atún ahumado en aceite de trufa con espinacas y lombardas . Rico, pero mejoraría con un poco de menor cocción, para realzar más el sabor del atún.
Unas carrilleras glaseadas, patatas con cebollino y lombarda caramelizada .

Sus famosas alcachofas cocinadas a baja temperatura en aceite de jamón y chuntney de hierbabuena .
Y para terminar el steak tartar de solomillo de vaca .
Para la parte dulce, un plato que me encanto fue el estofado de higos y orejones con helado de avellanas y crumble de especias dulces . Los higos y orejones macerados en ron, y esa combinación de frutos secos calientes y la frescura del helado de avellana resulta magnífica.

Y unas poleás de naranja, nueces caramelizadas y crujiente de anís .

Buena selección de vinos, se deja ver el gran conocimiento que tiene Leo en ese campo, buena selección de generosos, que seguramente irá a más. El resto de la carta de vinos no la vi, pero por lo visto en vitrina el nivel es bueno.
Muy buena atención en sala, a cargo de Alicia.
A mejorar tal vez temas de acústica en el local interior, con exceso de ruido y más tranquilidad en la persona que recibe las llamadas de reservas por teléfono.
Un sitio que será seguramente uno de los destinos a peregrinar y conocer: Morón y su Cal Viva.
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