La Brunilda: «Por méritos propios»
La honestidad de la cocina y la presencia de sus propietarios garantizan la experiencia
La Brunilda fue uno de esos establecimientos que hace ya más de una década -cómo pasa el tiempo- revolucionaron e hicieron evolucionar la cocina y la forma de comer en Sevilla . Pero enseguida tomó un camino diferente al de otros de esa hornada ... debido al éxito -buscado o accidental- que encontraron en esa guía no tan prestigiosa que es Tripadvisor.
Desde el primer momento, y al ser evaluado como uno de los primeros restaurantes de la ciudad , los extranjeros en sentido amplio empezaron a llenar sus mesas y lo hacían con malas artes (básicamente reservando mesa por teléfono, esa acción que tanto nos cuesta ejecutar a los sevillanos, que somos más de presentarnos en los sitios) lo que significaba que nosotros rara vez encontrábamos hueco.
Pero no hay nada como volver para comprobar que a veces Tripadvisor se equivoca y prescribe sitios que son real y auténticamente buenos.
Y lo mejor de La Brunilda es que sus propietarios siguen a pie de obra, o en este caso, a pie de barra. Esa es la diferencia con otros que se durmieron en sus laureles. El original y atractivo espacio está algo cambiado , ha perdido las mesas altas que nos encantaban, pero sigue tan acogedor como siempre.
Y de aquellos años han mantenido alguno de sus platos estrella, como el chipirón plancha con migas del caserío y huevas de arenques. Insuperable.
Pero vamos por orden. Empezamos con unas papas bravas , muy buenas de sabor y con un toque distinto de bacon migado sobre la patata. Quizás, por incómodo, nos sobra el papelito con el que recubren el cuenco.
Seguimos con c onfit de pato con crema de zanahoria especiada , quizás un punto dulce de más pero muy recomendable. Un taco de cerdo deshilachad o maravilloso en guiso, y con verduras y queso y guacamole vuelve a apuntar muy alto. Y terminamos con la explosión de sabor del pollo cajún.
De postre tomamos uno que va directo a nuestro listado de favoritos, unas migas de chocolate y galletas con toque de pistacho y sal . Fantástico y no sólo por el tamaño. Por ponerle un pero nos sobraría la crema de avellana.
No es La Brunilda un restaurante andaluz ni lo pretende ser. Su cocina es más nacional o internacional, pero su calidad y el cuidado con que preparan cada plato se merecen estar en todas nuestras guían gustativas. Eso sí, recuerde reservar con tiempo.
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