Balbuena y Huertas: «De Triana para Triana»

Su nombre homenajea al ilustre arquitecto que lo construyó y cuenta con una decoración cosmopolita donde la piedra vista se junta con el colorido del mobiliario y una bodega a modo de expositor impresionante.

Al frente de este proyecto está el joven José Luis Pastrana, quien ha pasado por el grupo La Raza o el restaurante El Duende de Torre Sevilla. Su propuesta conjuga una visión moderna con la más tradicional cocina sevillana a través de unapequeña carta combinada con tres menús degustación.

El que escogí, llamado «Degusta Triana» comienza con una ostra, esfera de gazpacho y salicornia, un juego divertido con el molusco y que queda bastante bien, sobre todo porque no se opaca su sabor.

Seguimos con una vistosa ensaladilla de bogavante y altramuces encurtidos. La ensaladilla en sí es genial, pero los altramuces carecen de sentido en la conjunción de la misma, enrarecen una textura que debería ser suave y sedosa.

El carabinero del menú lo hacen en tempura y con una holandesa de jengibre, una gran forma de tomar este crustáceo que está últimamente tan en boga. Otro plato con mariscos fue su arroz, meloso en esta ocasión de langostinos con socarrat de camarones, muy bueno, con un fondo salino notable.

El final salado del menú lo firma un corte de lagarto ibérico con patatas a la mantequilla y una demi glace del propio cerdo, un plato poco sustancial para terminar un menú. El postre fue un chocolate con diferentes texturas, un clásico que a mí siempre me recuerda a la gran ‘anarkia’ de chocolate de Jordi Roca.

Interesante comida en Balbuena y Huertas, con un menú muy amable y a un precio que se convierte en gran reclamo para, al menos, probarlo. La bodega y servicio acompañan a mejorar la experiencia en un local -eso sí- algo frío.