Antigua Abacería de San Lorenzo: Abierta y recóndita, como Sevilla misma

Pero lo más importante es que se come endiabladamente bien …. eso sí, siempre que lo encuentres abierto (tras dos “prueba-error” por fin lo encontramos) y atines con un rincón, una mesa, un trozo de barra donde apoyarte.

Se come, decíamos, maravillosamente y lo hacen empezando por el principio, por los pilares de nuestra cultura cristiana: por el pan y por el vino . Un sitio donde se respeta así a estos dos productos sólo puede funcionar bien. La cocina es familiar, el servicio es familiar y el trato, también familiar. Pero eso no quiere decir que no sea profesional. Consiguen ese equilibrio eficacia- familiaridad que casi nadie logra. Tratan de tú al cliente, pero lo respetan de usted.

Los orígenes de tienda-bar de la Antigua Abacería de San Lorenzo han marcado su enorme respeto por el producto y que todo lo que sirvan sea de primera calidad. Hemos probado sus chacinas – especial atención a la morcilla de hígado , sus quesos picón, payoyo, sudao …, su laterío – mejillones, berberechos …- y todo recomendable. Pero con estos fríos donde nos han conquistado es con su cocina: inolvidable e insuperable el lomo a la sal –gracias, jefe-, la caldereta de carrillada ibérica y su potaje de judiones . Y mención aparte merece señalar las diabluras que hacen con el tercer elemento imprescindible en una buena cocina y que no mencionamos al principio, el huevo: revueltos, papas con tomate y huevo, pisto con huevo , etc…

Y no hemos ni empezado a hablar de su cuchareo y su loable obsesión por la cocina casera andaluza cuando tenemos que acabar. Y si empezábamos haciéndonos preguntas, terminamos con una última ¿es caro o barato? Y esta es la única para la que creemos que tenemos respuesta. Se tapea a muy buen precio y se come un poco más caro …¡pero cómo se come!