Mudéjar Gastrobar Sevilla: «Una cocina acogedora»
Detrás de una fachada gris se encuentra uno de los establecimientos donde mejor y más agradable se come en Los Bermejales
Mudéjar es un gastrobar de inspiración andalusí ubicado en Los Bermejales
No se nos asusten por el nombre. Pocos bares o restaurantes se pueden encontrar en Sevilla donde se cocine con más respeto a la cocina tradicional que aquí. El término «mudéjar« deriva del árabe y significa »el que se ha quedado« y será porque ... hace muchos años que llegaron a los Bermejales y aquí siguen.
Y tampoco se asusten por la fachada exterior: esa fachada oscura y la puerta de cristal opaco no dejan adivinar el amplio y luminoso salón interior de mesas bajas y altas que preceden al jardín interior.
El establecimiento lo gestiona el matrimonio formado por Salvador Moral, descendiente de la dinastía de Casa Moral de Los Palacios, en la cocina, y su mujer en la barra y al frente de la sala, donde, por cierto, uno de sus hijos lleva la misma como si hubiera nacido en ella. Son acogedores y atentos, y disfrutan dando de comer bien en su casa.
Entre semana es un sitio de desayunos y carta o menús al mediodía, con una clientela bastante fija. Y donde todo lo que canta de menú apetece y las variaciones de día en día son lo que más sorprende al comensal.
Comenzamos con unas patatas bravas y picantes de verdad. Las patatas cortadas a gajos con piel, doradas y con doble salsa y con orégano. Hemos probado también su ensaladilla de pulpo, una ensaladilla de toda la vida, a base de patata y zanahoria, coronada con una buena y evidente ración de pulpo a la gallega. Sin trampa ni cartón, y buenísima de sabor. Su revuelto de bacalao con un huevo en lo alto es de lo mejor que hemos probado últimamente. Quizás hoy un punto salado el bacalao pero jugosísimo el revuelto. La patata y la cebolla en su punto perfecto.
En el menú hoy hay frito variado pero del bueno, no del de deshecho que ponen en otros sitios: boquerones, choco, merluza de primera y bien fritos. Buenas las croquetas de jamón con los añorados taquitos en el interior de la masa y para finalizar la presa al carbón acompañada con patatas gajo. En su punto porque la calidad del cerdo lo pedía y un mojo muy suave, de los que solo acompaña. No seguimos hablando de otros platos como sus costillas a la barbacoa - ¿las mejores de la ciudad?- para que en su visita puedan descubrir por ustedes mismos la variedad de esa cocina.
De postre una tabla de quesos de primera da paso a un pastel de zanahoria con nueces, helado, nata y caramelo (nosotros le quitaríamos la nata) con la que pueden desmayarse. Imprescindible compartir esta tarta como todo lo que se pide aquí porque, como en las mejores casas de comida, sus platos y por ende sus dueños son muy generosos.
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