Chicarreros: «Esta vez no tropecé dos veces en la misma piedra»
Un estilo romántico, algo recargado para lo que suele ver hoy en día, con una luz muy tenue y cálida
Grupo Catalina inaugura Chicarreros, su proyecto más sofisticado

Hace tiempo que no volvía a un sitio en el que me había ido mal, es verdad que siempre hay que dar segundas oportunidades, pero la conciencia en esto es traicionera y cuando empiezas a buscar sitios tu cabeza obvia esos en los que la ... experiencia no ha sido tan grata. Este es un caso especial ya que el local ha cambiado de dueños para pasar al el Grupo Catalina que últimamente está tan en boga.
El lugar sigue prácticamente como lo recordaba de decoración, salvo el detalle de la «librería» de un estilo romántico, algo recargado para lo que se suele ver hoy en día, con una luz muy tenue y cálida, terrible para mis fotografías.
La carta es larga, con opciones que cambian regularmente y además añaden un fuera de carta con otra media decena de platos. La idea es hacerse un pequeño menú, además aportan amablemente soluciones, como por ejemplo haciendo medias raciones de lo que fuera posible.

Los dos aperitivos ya marcan lo que va a ser la altura de la comida, el primero un fino blini con crema agria y caviar, el segundo, un tartar de carabineros, berberechos hervidos, crema de hinojo y caviar, ambos maravillosos. De estas piezas tan sofisticadas nos vamos a una popular ensaladilla de gamba blanca, con una estupenda cubierta de mayonesa.
Curiosa la afrancesada versión del gazpacho, convertida en crema con tartar también de gamba blanca y su picada. Una peculiar combinación ya que le añaden nata a la elaboración, dándole más suavidad y perdiendo algo de carácter.
El steak tartar es una de esas elaboraciones clásicas, que por supuesto se elabora en la mesa, disponiendo los diferentes ingredientes delante del cliente. Una emulsión a la que añaden tuétanos de hueso de caña, potenciando aún más el sabor de la carne.
Otra fantasía es el canelón de rabo de toro que también tenían en Catalina al que le suben el nivel añadiendo una bechamel de anguila ahumada, es totalmente adictiva la salsa.

El postre fueron unas elegantes fresitas estofadas con vinagre de Jerez y helado de yogur, resaltando su acidez. Bodega interesante.
Me alegro de cambiar esos recuerdos que tenía y encontrarme en este caso una propuesta tan notable asentada en esta casa. No termino de entender por qué han mantenido el nombre del proyecto anterior.
CHICARREROS
Valoración:
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Comida: 4/4
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Servicio: 4/5
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Ambiente: 3/5
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