Casa Ruiz by Miranda: «Tapeo y servicio gourmet»
Pocos bares de Sevilla pueden presumir de unos camareros con este nivel de servicio, profesionalidad y compromiso
En ocasiones te vas de un restaurante y sólo recuerdas el servicio como lo más destacable, quedando el resto como desvaído. Si hablamos de bares, donde hoy casi todo vale, lo del buen servicio se convierte en un milagro. Pues aquí, en el antiguo Casa ... Ruiz de la plaza de Ruiz de Alda, este milagro se repite todos los días. Camareros sonrientes, entrantes, inspiradores, pero no avasalladores, rápidos y eficientes. Si fuéramos de la Escuela de Hostelería de Cruzcampo los fichábamos de profesores o mandábamos a los alumnos a hacer prácticas.
Y decimos lo de «la antigua Casa Ruiz» porque, aunque en el local parece que nada ha cambiado, lo ha hecho la gestión. Y el apellido «by Miranda» marca esa diferencia de un profesional que ha pasado por casas tan reconocidas como Alcuza o Azafrán. Lo otro que también ha cambiado es la cerveza, pero ya volverá, así que nos metemos rápidamente en finos y riojas, todos ellos interesantes.
La carta es más de productos envasados que de cocina, pero con interesantes incursiones en esta última. Entre los embutidos lo que más disfrutamos es su morcilla de hígado y el chorizo picante, ambos de primera. Los tacos de salchichón, que es el riesgo de los aliños caseros, se nos antojan demasiado salados. Y el chicharrón de Cádiz (que no de Chiclana) está cortado demasiado grande y eso lo hace algo soso, nos atreveríamos a sugerirle que le dieran una vuelta. Otra de las maravillas es que hay tapa (¡todo lo tienen en tapas!) de taquitos de jamón. ¿Quién se puede resistir a ella?
Las papas aliñás son muy recomendables no solo por estar templadas (recién hechas) sino por el aceite que utilizan y porque las tienen sin frío, algo cada vez más complicado de encontrar. Se nos quedan por pedir muchas cosas de laterío (anchoas, navajas, pimientos rellenos…) porque queremos probar su cocina. Las espinacas son una delicia y el pisto es formidable, aunque los taquitos de jamón con los que lo «espolvorean» salan demasiado…no le hace falta, quizás hubiera sido mejor poner un huevo frito en lo alto. Probamos también su tortilla al whisky, aquel invento del mítico Casablanca de la calle Zaragoza y si bien la salsa es de diez, echamos de menos que la tortilla esté menos cuajada o tenga algún huevo más.
Terminamos como empezamos. Lo otro que llamaba la atención de aquel Casablanca era el servicio. Y este si no lo iguala, lo supera. Y teniendo eso y protegiéndolo como un tesoro, todo lo demás son minucias. Sobre todo, si rematas con un tocinillo de cielo o una tarta imperial portuense.
CASA RUIZ BY MIRANDA
Valoración:
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Comida: 3/5
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Servicio: 5/5
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Ambiente: 3/5
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RECOMENDADO
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