Cinco restaurantes en polígonos industriales de Sevilla para comer de lujo

Las ventas, bares y restaurantes de estos polígonos han sabido adaptarse a los horarios y necesidades del ritmo laboral, ofreciendo desde cafés y tostadas a las seis de la mañana hasta menús rápidos y equilibrados que permiten comer bien sin perder demasiado tiempo. En muchos de estos locales, la cocina tradicional sigue marcando el paso, con guisos caseros, platos combinados y opciones de cuchareo que son un refugio gastronómico para quienes trabajan en la zona.

Sin embargo, no todos los restaurantes en los polígonos industriales responden a este perfil clásico. Más allá de las opciones de menú del día y comida rápida para oficinistas y operarios, en estos distritos también se encuentran propuestas que merecen una visita, incluso si no tienes que trabajar allí. Algunos negocios han evolucionado hacia cocinas más elaboradas, cartas sorprendentes o especialidades que atraen a clientes de toda la ciudad, convirtiéndose en destinos gastronómicos por derecho propio.

En esta guía seleccionamos algunos de los mejores sitios para comer en polígonos industriales de Sevilla, desde espacios de cocina tradicional hasta restaurantes restaurantes de cocina creativa o incluso internacional con una cocina de calidad que justifica el desplazamiento.

En pleno Polígono Parsi, también conocido como El Pino o La Negrilla, se encuentra Sabores del Almacenito, una abacería cargada de productos selectos. Este espacio, gestionado por Antonio Romero y Miguel Ángel Illescas, ha convertido una nave industrial reformada en un rincón gastronómico donde los productos gourmet son los grandes protagonistas.

Especializado en ibéricos, conservas premium y quesos especiales, el local ofrece una experiencia que va más allá de la tienda, permitiendo a los clientes disfrutar de una copa de vino en cualquier momento del día. Su selección de chacinas es una de las más completas de la ciudad, con más de 1.800 referencias que incluyen jamones, cañas de lomo, salchichones y chorizos de alta calidad. A esto se suman conservas exclusivas, desde anchoas del Cantábrico hasta ostras, completando una propuesta que seduce a los amantes del producto delicatessen.

La experiencia no termina en lo salado, ya que los postres tradicionales también tienen su espacio, con dulces típicos de la provincia, como los de Despensa de Palacio.

Ubicado en el Polígono La Negrilla, en Alcalá de Guadaíra, Asador Caravaca es un espacio dedicado a la carnes maduradas a la brasa.

El local cuenta con un expositor de maduración donde las carnes reposan hasta alcanzar su punto óptimo. En la carta, los comensales pueden elegir entre diferentes cortes, razas y orígenes, como vaca asturiana de los valles, novillo cebón, angus, rubia gallega o holstein. La carne se sirve al peso y se pueden seleccionar piezas como chuletón, solomillo, lomo bajo o T-bone, dependiendo de la disponibilidad del día.

A pesar de su clara apuesta por la parrilla, Asador Caravaca no se limita al mundo de la carne. Su propuesta gastronómica incluye arroces, pescados, chacinas y una variedad de entrantes calientes. Además, ofrece desayunos y cenas, adaptándose así a los distintos horarios de quienes trabajan en la zona.

Para quienes prefieren un tapeo más informal, la barra del local permite disfrutar de una Cruzcampo de barril acompañada de tapas clásicas, como ensaladilla, tortilla de patatas o pimientos asados.

Desde su apertura en 2002, Mesón Asador La Burra se ha consolidado en el Polígono Calonge como referente en en carnes y pescados a la brasa asados al carbón de encina.

Su especialidad son las carnes asadas al horno de leña, como cordero lechal, cabrito y cochinillo, así como una selección de cortes de carnes maduradas que se cocinan a la parrilla como chuletón gallego, solomillo de buey y lomo de novillo argentino, además de opciones ibéricas como presa o pluma. En el apartado de pescados, destacan las preparaciones a la brasa, con propuestas como atún rojo o corvina.

Más allá de los asados, la carta incluye entrantes y platos tradicionales, como revuelto de bacalao dorado, pimientos asados, tortilla de patatas y ensaladilla, además de una selección de guisos y arroces.

El restaurante cuenta con cuatro salones, ideales para eventos y celebraciones, y dos barras de tapeo, donde se pueden degustar algunas de sus especialidades en un ambiente más informal.

Para quienes buscan sabores internacionales más allá de los clásicos restaurantes de polígono, Restaurante Chino Gusto merece una visita. Situado en el Polígono Aeropuerto, este local ha logrado posicionarse como un referente de la cocina china más genuina, alejándose de los estereotipos y ofreciendo una carta de más de 200 platos que reflejan la diversidad gastronómica del país asiático.

Desde que Johnny Wang y Lili Liu se hicieron cargo del negocio en 2008, su apuesta ha sido clara: acercar la auténtica gastronomía china tanto a la comunidad local como a los propios nativos chinos que buscan sabores familiares. Aquí no encontrarás rollitos imperiales ni salsa agridulce, ya que no forman parte del día a día en China. En su lugar, la carta ofrece una amplia variedad de arroces y pastas, con más de 25 opciones, junto con un interesante repertorio de verduras frescas que incluyen pak choi, raíz de loto, col china o tirabeques, productos que seleccionan a diario en mercados especializados.

Otro aspecto a destacar es el apartado de mariscos y pescados frescos, con opciones que van desde gambas de Huelva, bogavantes crudos o al vapor, hasta rodaballo o cabeza de merluza en salsa picante. Pero si algo distingue a Restaurante Chino Gusto es su propuesta más auténtica y atrevida: lengua y cabeza de pato, intestinos de cerdo especiados o incluso el codiciado pepino de mar.

Además de su salón principal, cuenta con varios comedores privados donde los platos se sirven al estilo tradicional chino, en grandes mesas circulares con bandejas giratorias para compartir la comida en grupo. Una experiencia que ha atraído, cada vez más, a clientes españoles curiosos por explorar nuevos sabores.

Nuestra última parada poligonera nos lleva hasta PICA (Polígono Industrial Carretera Amarilla), donde se encuentra Monte Tradición. Ubicado en plena Avenida de Montes Sierra, este restaurante es una de esas apuestas que desafían la idea de que para comer bien en Sevilla hay que estar en su casco histórico. Más allá del típico menú del día pensado para los trabajadores de la zona, este restaurante ofrece una carta que atrae tanto a quienes buscan una comida rápida entre reuniones como a aquellos que desean sentarse a disfrutar de platos más elaborados.

Detrás de este proyecto se encuentra el equipo de Classic Collection, responsables de otros espacios gastronómicos en la ciudad, como Artillería en Eduardo Dato. Con Monte Tradición han querido mantener las raíces de la cocina andaluza, pero con una vuelta de tuerca que la hace más atractiva y versátil.

Uno de sus puntos fuertes es su horario ininterrumpido, con cocina abierta desde las 08:00 hasta la 01:00, algo que lo convierte en una opción ideal tanto para desayunos tempranos como para cenas tardías. La decoración, moderna y actual, es uno de sus aspectos distintivos, que aleja a este espacio del concepto tradicional de los bares de polígono, apostando por un ambiente más acogedor y contemporáneo.

En su carta se pueden encontrar desde clásicos de la gastronomía andaluza, como salmorejo, ensaladilla de gambón o croquetas de jamón, hasta opciones más de tendencia como tartar de atún o un cachopo con queso Idiazábal. La propuesta de arroces es amplia, con especialidades como el meloso ibérico o el arroz con lomo viejo, mientras que la parrilla ofrece carnes como el solomillo de ternera o la presa ibérica a la brasa.

En el apartado dulce, Monte Tradición también destaca con su selección de repostería, donde se pueden encontrar opciones como torrija de brioche, tocino de cielo o una variada selección de tartas.

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