ENTREVISTA
Fátima Villanueva (Sr. Cangrejo): «Voy mucho a Casa Ruperto, el domingo previo a Auténtica había cinco estrellas Michelin allí comiendo pajaritos fritos»
Sumiller y media naranja de Sr. Cangrejo, Fátima Villanueva ha hecho del vino y la sala su territorio natural. Energía pura, cercana y con un olfato infalible para los detalles, defiende una de las bodegas más personales de Sevilla
¿Cómo es Señor Cangrejo, el nuevo Sol Repsol de Sevilla?
Cristina Torres
Sevilla
No todas las vocaciones llegan de golpe; algunas se van fermentando poco a poco, como un buen vino. La de Fátima Villanueva (San Fernando, Cádiz, 1989) empezó en las aulas de Biología en Sevilla, pero pronto cambió las probetas por las copas de vino. ... Su historia es la de alguien que se dejó llevar por la curiosidad y una frase de su padre que le marcó «hay que esforzarse un poco más, estudiar o trabajar», y terminó encontrando en la hostelería no solo un oficio, sino un modo de vida.
Tras enamorarse de la sala y el trato al público en Perro Viejo, su primer trabajo hostelero, y descubrir la sumillería en La Casona del Judío (Cantabria), su carrera dio un giro decisivo en Palo Cortao, de la mano de Ana Hergueta. Allí, entre generosos y botellas singulares, entendió que una bodega podía ser algo más que el acompañamiento a un plato. Se podía crear un discurso propio, un universo en el que el vino es capaz de emocionar tanto como la comida.
Después llegaron otras casas, algunas tan importantes como Lù, Cocina y Alma, con dos estrellas Michelin en Jerez, y una formación sólida en cata en Madrid, que la consolidó como sumiller.
Su gran proyecto llegó en noviembre de 2022, cuando junto a su pareja sentimental y profesional, el cocinero Jesús León, abrió Sr. Cangrejo, con el apoyo de Tradevo y Ovejas Negras Company, en pleno Arenal sevillano. Un espacio pequeño, con barra, mesas altas y bajas, donde han roto moldes: ni bar ni restaurante de manteles, sino un lugar donde lo importante es comer, beber bien y divertirse. «Veníamos de trabajar en muchas estrellas Michelin, pero que alguien confiara en nuestro proyecto, eso nos dio la vida», confiesa a GURMÉ.
Allí, entre brasas, vinos y la complicidad de quien se entiende dentro y fuera del restaurante, ambos han levantado uno de los proyectos más singulares de la ciudad: informal en las formas, pero con un nivel culinario y líquido que les hizo ganarse 1 Sol Repsol en su segundo año de vida.
Fátima mira el presente con intensidad, pero también el futuro. «De aquí a diez años me gustaría tener un espacio más grande, donde podamos trabajar cómodos y llevar la bodega y la sala al nivel que soñamos».
Hoy se sienta a la mesa de GURMÉ Sevilla para una nueva edición de nuestro Gastrotest, donde descubrimos los bares, restaurantes y tiendas que forman parte de su día a día cuando no está al frente de la sala de Sr.Cangrejo.
– Si pudieses desayunar con calma por la mañana, ¿dónde lo harías?
Probablemente en Florinda, en la calle Trajano, porque tengo que reconocer que me gusta mucho su matcha latte.
– Si tuvieras que quedarte con una DO, ¿cuál sería?
Más que una Denominación, me quedo con los vinos generosos porque ahora incluye encabezados y no encabezados.
– Si te tuvieras que quedar con una uva, ¿cuál sería?
La palomino. Hace unos años, cuando me mudé, los vinos de Jerez ni me gustaban, pero reconozco que cuando los abría y me llegaban los primeros aromas, me sentía en casa. Funciona muy bien con la cocina de Sr.Cangrejo: los pesos, la salinidad… le va muy bien a mi carta.
– Una tienda gastronómica o algún puesto donde encontrar ese algo especial para casa o para beber en casa.
Lama la Uva, de Ana Linares, en Las Setas. Voy desde el principio; era de las pocas tiendas que tenía vinos del Marco por aquellos tiempos. Ella siempre ha sido una luchadora.
– ¿Un bar de barrio en el que tomar un aperitivo con los amigos?
Casa Ruperto. El otro día, el domingo previo a Auténtica, había cinco estrellas Michelin allí comiendo pajaritos fritos.
– Un restaurante especial para invitar a comer a la familia.
En nuestro caso, que a mi familia no la puedes llevar a todo tipo de sitios, aquí en Sevilla serían La Tizná y la Peña Sevillista de Nervión.
– Un sitio diferente para cambiar de tercio.
Bodeguita Romero, cuando salimos de trabajar, para picar algo. También vamos a muchas cafeterías, sobre todo cuando vivíamos en Sevilla Este y no podíamos volver a casa entre turnos.
– ¿Un vicio confesable, gastronómicamente hablando?
Los sándwiches de atún con mayonesa y aceituna con anchoas. Si no lleva anchoas, no vale.
– Un restaurante 'de lujo' al que volver.
Lú, Cocina y Alma. Es el sitio al que volvemos todos los años.
– Una venta, bar o restaurante de la provincia que no hay que perderse.
Para mí, Ochando en Los Rosales, La Malcontenta en San José de la Rinconada y Sevruga Cervecería en Coria del Río, son imperdibles los tres.
– ¿Café o copa?
Café. Hace años que no tomo copas. Con leche y sin azúcar.
– ¿Qué te gusta preparar en casa cuando tienes invitados?
Mi máximo apogeo culinario es el sándwich que te he dicho antes o, si no, una tortilla. Soy más de poner el vino, siempre tengo muchas botellas en casa que no quiero abrir hasta que no viene gente porque abrirlas para mí sola es un desperdicio. Me encanta cuando vienen, es el momento de abrir vinos más especiales para poder probarlos.
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