El Tardón, cazuelitas de barro y buen ambiente de barrio

Éste es su segundo proyecto en solitario, en el que ha buscado un local donde trabajar con libertad y poder ofrecer cocina de toda la vida sin la presión de las zonas más concurridas de la ciudad. Nada tiene que ver su propuesta con la de los gastrobares y así quiere demostrarlo.

¿Qué ofrece? El establecimiento comparte local con la sede de la Asociación de Vecinos de El Tardón, aunque la zona del bar es independiente tienen un salón en común que sirve tanto para los eventos de los vecinos como también de comedor.

La amplia terraza es uno de sus puntos fuertes, con mesas bajas junto a una zona de columpios que buscan atraer al público familiar.

¿Qué se puede comer? Algunas de las tapas que más éxito están teniendo en estos primeros días son gambas al ajillo, caldereta de venado al oloroso o serranito.

¿Qué más tienen? Aunque la filosofía del espacio es muy tradicional, en la carta asoman algunas de las recetas que Javier ha ido aprendiendo en estos años. Desde saquitos rellenos de queso, puerro confitado y langostino a piruleta ibérica.

Mandan los clásicos con propuestas como montadito de pringá, espinacas con garbanzos, huevos a la flamenca, boquerones fritos o bacalao con tomate.

¿Qué tienen de postre? Son todos caseros aunque Javier reconoce que él no tiene ocasión de hacerlos. Los encarga a un obrador que le sirve desde tarta de chocolate a tarta de queso y arroz con leche.

¿Dónde están? En el número 7 de la plaza Cerámicas de Mensaque.