APERTURA
Yo: la cocina desenfadada de un «chef Michelin» llega a la plaza del Museo
El cocinero italiano Stefano Deidda junto a su pareja Eva Urru acaban de abrir este nuevo restaurante en la calle Bailén donde disfrutar de una propuesta de «alta cocina» en un ambiente informal y distendido
Cristina Torres
¿Qué tipo de sitio es? Bajo el lema «cocina contemporánea», Yo, (así es como se llama este nuevo espacio gastronómico de la calle Bailén), es un restaurante de corte creativo , pero sin grandes estridencias ni técnicas complicadas, que rinde homenaje a la ... buena mesa gracias a un servicio atento, presentaciones esmeradas y una propuesta culinaria donde siempre destaca el producto.
A pesar de que sus dueños ya cuentan con una estrella Michelin en su restaurante «Dal Corsaro» en Cagliari (Cerdeña, Italia), en esta nueva aventura sevillana buscan alejarse del «fine dining» para desarrollar un proyecto más abierto, accesible y desenfadado.
¿Cuál es el concepto? Ofrecen una cocina de estilo mediterráneo y una carta concebida para probar un poco de todo. Casi todos los platos pueden pedirse en formato de media ración o en plato completo, con la intención de animar al comensal a pedir varias de sus propuestas.
Aunque sea un concepto más informal que sus otros proyectos, tanto en las presentaciones como en sus recetas -compuestas por multitud de ingredientes, salsas y condimentos que conjugan con habilidad para conseguir un buen equilibrio de sabores y texturas -, se percibe la mano del cocinero y la experiencia de alta cocina.
Su idea es cambiar la carta con frecuencia e imprimirla a diario o de forma semanal, jugar con ingredientes locales y productos de estación, y que siempre haya algo nuevo con lo que sorprender a sus clientes.
Adicional a la carta fija, cuentan con un menú degustación de cuatro tapas más un postre (22 euros) y otro de «minitostas» que incluye tres propuestas (10 euros), ambos sin bebida.
¿Quién está detrás? Al timón del proyecto se encuentra una pareja italiana que se enamoró de Sevilla durante unas vacaciones. Tanto, que se han venido a vivir y emprender esta nueva aventura.
Ellos son el cocinero Stefano Deidda y su pareja, Eva Urru, que se encarga de la sala y el servicio del restaurante. Ambos son de Cagliari, la zona sur de Cerdeña, donde también regentan otros dos restaurantes.
¿Qué se puede comer? La carta es corta y abarcable, -diez propuestas saladas más tres dulces- y no está dividida por secciones, por lo que no el comensal no se encuentra la habitual organización de entrantes y principale con el objetivo de defender ese concepto informal de «tapeo» invitando a probar un poco de todo.
Comienza con platos donde el pescado es el protagonista, como el de caballa flambeada, una tosta con crema de calabaza horneada, crutones de pan negro, cebolla morada crujiente y semillas tostadas o el de salmón marinado en remolacha y eneldo fresco, con salsa de yogur, vino blanco y cebollino, y acompañado de naranja y emulsión de mostaza.
A estas propuestas se suman un ceviche de lubina marinada en AOVE con aceitunas negras, crema de cacahuete y leche de tigre de pimiento rojo, cebolla, limón y un toque de cilantro, un pulpo asado con crema de patata con anchoas, y un bacalao con crema de maíz asado y chips de remolacha.
¿Qué más hay? Quien le apetezca algo más carnívoro puede optar por un steak tartar de Black Angus con tuétano a la brasa , crema de aguacate, gel de yema ahumada y cebolla frita, una presa ibérica a baja temperatura terminada a la plancha con salsa de Oporto, o un magret de pato con membrillo , crema de apionabo y salsa de cítricos.
La propuesta se completa con huevo poché sobre crema de patata y migas de pan crujiente y chorizo, y una crema de calabaza con ñoquis asados, jamón crujiente y «fondue» de queso de cabra.
¿Qué hay de la parte dulce? Como comentábamos, su apartado goloso cuenta con tres propuestas para poner el broche de oro.
Tarta «sbrisolona » (un postre típico del norte de Italia) con gel de limón, caramelo salado y helado de vainilla, «cheescake» de café con crumble de chocolate y espuma de leche, y un cremoso de frutos rojos y pimienta blanca con cobertur a de chocolate, «marshmallow» (para nosotros nubecitas de chuche) a la llama y almendras caramelizadas.
¿Y para beber? La propuesta líquida sigue la línea de la carta de comida, una lista sencilla con poco más de diez referencias entre vinos blancos, tintos y espumosos. También cuentan con cerveza de barril y algunos generosos de Lustau.
¿Cómo es el espacio? El local es de estilo mediterráneo, confortable y acogedor, decorado en tonos naturales. Cuenta con mesas de madera, paredes blancas y sillas de color gris donde lo más llamativo son las baldosas cerámicas del suelo.
Entre la zona de barra y el comedor tiene una capacidad de unos 42 comensales, y la sala cuenta grandes ventanas a la calle Bailén que crean una iluminación muy acogedora.
¿Dónde está? En la calle Bailén, 34, junto a la plaza del Museo.
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