El truco definitivo de la mantequilla para limpiar la rejilla del horno de forma sencilla

En GURMÉ ya te hemos contado, por ejemplo, cómo limpiar el filtro de la campana extractora sin esfuerzo o cómo hacer que en tu nevera siempre huela bien .

Ahora le toca el turno al horno, uno de los electrodomésticos que más se ensucia, ya que en él cocinamos recetas de todo tipo. Es cierto que, habitualmente, colocamos una bandeja y ésta impide que la mayor parte del horno se ensucie. Aunque siempre cae algo de grasa y restos de comida.

Sin embargo, en ocasiones, debemos colocar los alimentos justo encima de la rejilla. Tanto en estos casos como en las ocasiones en las que nuestra bandeja sea más pequeña, el aceite puede caer, el queso, el tomate y otros restos de alimentos que, siendo objetivos, luego cuesta mucho trabajo limpiar.

Pero, ¡que no cunda el pánico! Porque con este truco infalible de la mantequilla podrás limpiar la rejilla del horno de manera muy fácil .

Existen muchas formas de limpiar esta rejilla del mismo modo que existen multitud de productos químicos para hacerlo. Sin embargo, aquí te damos unos remedios caseros con ingredientes que todos tenemos en casa cuyo resultado es asombroso.

Uno de los medios más populares es el de sumergir la rejilla en agua caliente con bicarbonato . Luego, simplemente enjuagas y listo.

Sin embargo, hay un truco más desconocido pero igualmente infalible: se trata del truco de la mantequilla .

En este caso vamos a aprovechar el calor residual del horno tras haber estado en funcionamiento. Unta con mantequilla (también puede ser aceite) la rejilla . Para hacerlo, usa un trapo o servilleta, así evitarás quemarte.

Deja que actúe unos minutos. No lo dejes tampoco demasiado tiempo, pues podría quemarse. Luego, retira con un estropajo de metal. Para que quede completamente limpia, lava la rejilla con agua y jabón y ¡listo! Tu rejilla del horno estará como nueva con este truco definitivo de la mantequilla.

Y si quieres un consejo más, toma nota. Para eliminar los malos olores del horno, sólo tendrás que exprimir el jugo de un limón y echarlo en la bandeja del horno junto a su piel y un vaso de agua . Pones el horno a 120 grados centígrados una media hora y adiós malos olores. Ahora sí, con la rejilla limpia y el horno oliendo bien, tienes tu electrodoméstico como nuevo.