Trucos de cocina de nuestras abuelas que la gente ya casi no usa (y funcionan muy bien)
Métodos olvidados para cocinar más rápido, sabroso y con menos esfuerzo
Haz tortillas esponjosas con un tuco de la abuela
Nuestras abuelas han guardado secretos culinarios durante generaciones que hoy parecen olvidados, eclipsados por la tecnología y las prisas del día a día. Sin embargo, muchos de esos trucos siguen siendo tan útiles como entonces. Con ellos podemos mejorar platos, evitar desperdicios y ... hacernos la vida más fácil en la cocina. Aquí te dejamos una selección de esos consejos de antaño que merece la pena recuperar.
Sal en la sartén para evitar salpicaduras
Antes de añadir la carne o las verduras al aceite caliente, un puñado de sal en la sartén puede reducir las molestas salpicaduras. No las elimina del todo, pero sí ayuda a que la fritura sea más segura y la limpieza posterior, mucho más sencilla. Aunque también hay más trucos para que el aceite no salte al freír.
Cubiteras para algo más que hielo
Las cubiteras se han aprovechado siempre para algo más que hacer cubitos de hielo. Te pueden servir para congelar pequeñas porciones de caldo concentrado, mucho más sano que las típicas pastillas de caldo que se compran en la tienda. Así tendrás siempre a mano pequeños «bloques de sabor» listos para enriquecer salsas, sopas o masas.
Recuperar tomates blandos
Si todavía no sabes bien cómo mantener los tomates frescos, las abuelas tenían secreto para cuando los tomates empezaban a ponerse demasiado maduros. Un baño en agua fría con sal durante una hora los devolvía a la vida. El agua penetra en las células y los vuelve más firmes. Ideal para no tirar ni uno.
Levadura en las tortillas
Un truco casi olvidado para conseguir tortillas más esponjosas es añadir una pizca de levadura química (o polvo de hornear) a los huevos batidos. Al calentarse, libera burbujas que hacen que la mezcla gane volumen y suavidad.
Hilo para cortar bizcochos
Antes, si no había cuchillos adecuados, un simple cordel servía para cortar bizcochos en capas o dividir masas para rellenar sin destrozarlas. Hoy algunos reposteros lo han modernizado usando hilo dental.
Vapor en el horno para un pan perfecto
Un recipiente con agua caliente en el horno crea el vapor necesario para que el pan casero quede con una corteza crujiente y un interior aireado. Una técnica sencilla que mejora mucho el resultado.
Pon agua en el horno para un pan perfecto
Carne más tierna con bicarbonato
El bicarbonato siempre ha sido un aliado secreto para ablandar carnes duras. Basta con marinar la pieza durante un rato con este ingrediente para que las fibras se suavicen y el resultado sea mucho más jugoso. Es una técnica muy usada en la cocina china desde hace siglos.
Humedecer pan o bizcocho reseco
Un truco básico en la cocina de aprovechamiento de nuestras abuelas era no tirar ni un trozo de pan a la basura. Así que, si el pan se te queda duro o un bizcocho se te seca, envuélvelo en un paño húmedo y caliéntalo ligeramente. El vapor lo rehidrata y le devuelve parte de su frescura. Otra opción es hacer recetas con pan duro para aprovecharlo.
Copos de patata para espesar
Los copos de puré instantáneo suelen ser habituales en las despensas, aunque siempre es mejor hacer puré de patatas al natural. Sin embargo, estos copos se han usado también en la cocina para espesar sopas o salsas sin alterar su sabor. Es una solución rápida y eficaz cuando la textura no queda como quieres.
Carne semicongelada para cortar mejor
Para conseguir filetes muy finos, nada como meter la carne media hora en el congelador antes de cortarla. Así queda firme y se pueden hacer lonchas perfectas, ideales para salteados o bocadillos.
Todos estos trucos demuestran que nuestras abuelas sabían sacar el máximo partido de los ingredientes y que, con ingenio y sencillez, podían resolver problemas que aún hoy seguimos encontrando en la cocina. Quizás sea buen momento para volver a ponerlos en práctica.
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