Casarecce con chorizo y espárragos paso a paso

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1. Lava los espárragos y corta la parte dura del tallo. Trocea el resto en trozos de unos 3-4 cm. Pela y lamina los ajos. Si decides usar cebolla, pícala finamente. Corta el chorizo en rodajas finas o medias lunas.

2. En una olla con abundante agua hirviendo y sal, cuece la pasta casarecce de Garofalo según las indicaciones del paquete (unos 9-11 minutos). Reserva una taza del agua de cocción antes de escurrirla.

3. En una sartén grande con un chorrito de aceite de oliva, saltea los espárragos durante 3-4 minutos a fuego medio-alto hasta que estén tiernos pero crujientes. Retíralos y resérvalos.

4. En la misma sartén, añade un poco más de aceite si es necesario y sofríe los ajos (y la cebolla si la usas) hasta que estén dorados. Incorpora el chorizo y cocina hasta que suelte su grasa y esté ligeramente crujiente.

5. Añade los espárragos salteados y la pasta escurrida a la sartén. Mezcla bien para que la pasta se impregne de todos los sabores. Si lo ves seco, añade un poco del agua de cocción reservada para ligar la salsa.

6. Sirve caliente con un toque de pimienta negra recién molida y, si te gusta, espolvorea con queso parmesano o pecorino rallado.

Este plato de casarecce con chorizo y espárragos ofrece un equilibrio interesante entre energía, sabor y nutrientes. La pasta aporta hidratos de carbono complejos, esenciales para mantener la energía durante el día, mientras que el chorizo añade proteínas y grasas que aumentan la saciedad, además de un aporte importante de sabor gracias a sus especias naturales.

Por otro lado, los espárragos enriquecen el plato con fibra, vitaminas y antioxidantes, contribuyendo al buen funcionamiento digestivo y al sistema inmunológico. Aunque es una receta con cierta intensidad calórica por la presencia del chorizo, se equilibra bien gracias a los vegetales y puede formar parte de una dieta variada y equilibrada si se consume con moderación.