Cómo hacer magdalenas esponjosas: la receta de la abuela casera que aguanta varios días

Además, estas magdalenas se pueden personalizar al gusto: con ralladura de limón, pepitas de chocolate, frutos secos o incluso un toque de canela.

Y si quieres más versiones, mira otras recetas de magdalenas que tenemos en GURMÉ como unas magdalenas integrales o magdalenas de higos. Incluso puedes preparar una versión salada: magdalenas de queso y salchichón.

Pero ahora te enseñamos a preparar estas magdalenas esponjosas con la receta casera de la abuela paso a paso. Además, te damos todos los trucos para que suban bien, no se bajen al enfriar y te duren varios días como recién hechas.

Para hacer las magdalenas más esponjosas que hayas probado nunca, sigue el paso a paso de esta receta de la abuela casera:

1- Bate los huevos con el azúcar durante unos 5 minutos con varillas eléctricas hasta que la mezcla blanquee y aumente su volumen.

2- Añade el aceite en hilo sin dejar de batir. Luego incorpora la ralladura de limón y mezcla suavemente.

3- Tamiza la harina junto con la levadura y la sal y agrégala poco a poco a la mezcla anterior. Mezcla con movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea.

4- Tapa la masa con film y déjala reposar en la nevera durante al menos 30 minutos. Esto ayuda a que suban mejor en el horno.

5- Precalienta el horno a 220 ºC con calor arriba y abajo. Coloca las cápsulas de papel en una bandeja rígida para muffins o magdalenas y rellena cada una hasta 2/3 de su capacidad.

6- Justo antes de meterlas en el horno, puedes espolvorear un poco de azúcar por encima para lograr ese copete crujiente tan característico de las magdalenas caseras.

7- Hornea las magdalenas durante 5 minutos a 220 ºC, luego baja la temperatura a 180 ºC y hornea 10-12 minutos más, hasta que estén doradas y al pinchar con un palillo salga limpio.

8- Saca del horno y deja enfriar sobre una rejilla.

Usa huevos a temperatura ambiente para conseguir una masa más aireada.

No abras el horno durante el horneado para evitar que las magdalenas se bajen.

Si quieres un extra de sabor, puedes sustituir la ralladura de limón por ralladura de naranja o añadir una cucharadita de vainilla.

Las cápsulas de papel deben ir dentro de moldes rígidos para que no se deformen.

Para que se mantengan esponjosas, una vez estén completamente frías, guárdalas en una caja metálica o un recipiente hermético.

Estas magdalenas caseras son fáciles de hacer y aguantan tiernas y sabrosas durante varios días si las conservas bien. Con esta receta tradicional conseguirás una textura aireada, un sabor auténtico y el aroma de las meriendas de toda la vida.

Su perfil nutricional es equilibrado dentro del mundo de la repostería. Aunque son un capricho dulce, su elaboración casera permite controlar los ingredientes y reducir aditivos innecesarios, convirtiéndolas en una opción más saludable que muchas versiones industriales.