Cómo hacer croquetas crujientes sin freír y más saludables que las de los bares

Este método reduce significativamente las calorías y las hace más digestivas, perfectas para quienes buscan una dieta equilibrada sin renunciar a una textura crujiente.

La freidora de aire es uno de nuestros electrodomésticos favoritos. Y es que podemos elaborar versiones más ligeras de un sinfín de deliciosas recetas en air fryer. Desde fideuá a torrijas.

En esta ocasión, aumentamos nuestro recetario con las croquetas crujientes sin freír. Esta receta no solo revoluciona el concepto de croqueta tradicional, sino que también es ideal para aprovechar las sobras de otras comidas o incorporar más verduras en la dieta. Si quieres disfrutar de unas croquetas deliciosas, ligeras y crujientes, sigue leyendo para descubrir cómo prepararlas paso a paso, algunos consejos prácticos y los beneficios nutricionales que te ofrecen.

Comienza haciendo la bechamel de coliflor. Para ello, tritura la coliflor cocida con la leche desnatada, la harina, sal y pimienta hasta obtener una crema espesa. Cocina la mezcla a fuego medio durante unos minutos hasta que espese, removiendo para evitar grumos.

Añade el jamón picado a la bechamel de coliflor y mezcla bien. Deja enfriar en la nevera para que tome consistencia.

Ahora, moldea pequeñas porciones de la mezcla en forma de croqueta. Pásalas por huevo batido y luego por pan rallado. Coloca las croquetas en la cesta de la freidora, rocía ligeramente con aceite en spray y cocina a 200 °C durante 10-12 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.

Si quieres una textura extra crujiente, usa panko en lugar de pan rallado.

En esta ocasión, hemos usado jamón picado para el relleno, pero podemos usar las sobras de pollo asado, de pescado o incluso verduras salteadas para darle un toque único a tus croquetas.

Las croquetas preparadas con bechamel de coliflor y cocinadas en la freidora de aire tienen un perfil nutricional notablemente más saludable que las tradicionales. La coliflor aporta fibra, vitaminas C y K, además de antioxidantes beneficiosos para el sistema inmune y la salud ósea.

Usar leche desnatada y pan integral reduce las calorías y aumenta la cantidad de fibra, favoreciendo una mejor digestión y saciedad. Además, al no freírlas en aceite, se disminuye considerablemente el contenido graso. Una ración de estas croquetas puede tener la mitad de las calorías de las versiones tradicionales, siendo una opción ideal para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al placer de un buen plato.