Ni las mandarinas ni las naranjas: el alimento que debes tomar para evitar el resfriado en otoño
Te hablamos de los beneficios de incorporar a tus recetas otoñales el jengibre, un ingrediente sabroso y funcional
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Iniciar sesiónCon la bajada de temperaturas y la llegada de los primeros resfriados, nuestra alimentación se transforma. Aparecen los platos de cuchara, las cremas suaves, las bebidas calientes… y con ellos, ingredientes que alimentan y que cuidan y reconfortan. Es el momento ideal para introducir ... en la cocina alimentos funcionales, y entre ellos, el jengibre brilla con luz propia.
Aunque las frutas como la naranja, la mandarina o el limón siguen siendo un clásico para reforzar las defensas, hoy queremos hablarte del ingrediente estrella del otoño: el jengibre. No sólo es un potenciador natural de defensas, también es un ingrediente culinario con personalidad que transforma tus platos y tus bebidas con su sabor cálido, ligeramente picante y profundamente aromático.
El jengibre: sabor, salud y creatividad en la cocina
Originario de Asia, el jengibre ha sido utilizado durante siglos en cocinas de todo el mundo, desde currys tailandeses hasta postres británicos como el gingerbread. Pero hoy, más que nunca, este rizoma entra en nuestras cocinas por la puerta grande, combinando sus beneficios naturales con un uso cada vez más versátil y creativo en la cocina moderna.
El jengibre es conocido por su potente acción antiinflamatoria natural. Incorporarlo en la dieta de forma habitual puede ayudar a aliviar molestias digestivas, articulares y musculares, especialmente en épocas frías donde el cuerpo tiende a resentirse más. Su efecto calorífico y su perfil especiado lo convierten en un ingrediente perfecto no sólo para reconfortar, sino también para cuidar desde dentro, de forma deliciosa y sin recurrir a soluciones artificiales.
Su perfil aromático es único: terroso, cítrico, especiado y ligeramente dulce. Eso lo hace perfecto para crear contraste, profundidad y carácter tanto en platos salados como en dulces.
Puedes usarlo en cremas y sopas con un toque de raíz, en arroces y platos con alma asiática como el pollo con soja y jengibre, galletas, bizcochos y postres con personalidad, como las peras al jengibre, o en infusiones, como la infusión de jengibre con limón. Asimismo, puedes probarlo en zumos, como el zumo de tomate, zanahoria y jengibre.
¿Cómo elegir y conservar el jengibre?
Fresco: busca raíces firmes, lisas y sin brotes. Se conserva en la nevera hasta 2 semanas, o puedes congelarlo rallado en porciones pequeñas.
En polvo: perfecto para repostería o mezclas de especias.
En infusión: una opción limpia, rápida y equilibrada, ideal para disfrutarlo sin complicaciones.
Más que defensa, una experiencia
Incluir jengibre en tu cocina no es solamente una manera deliciosa de cuidar tu sistema inmune en otoño, también es una forma de aportar profundidad, aroma y emoción a tus platos cotidianos. Se trata de cocinar con sentido, de elegir ingredientes que nos nutran y nos inspiren al mismo tiempo.
Así que esta temporada, apuesta por la raíz que calienta, protege y transforma cualquier receta.
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