Esta fruta puede aguantar semanas en el frigorífico sin madurar

Lo que hace que la manzana sea un básico en cualquier hogar no es sólo su sabor o su valor nutricional, sino también su capacidad de conservación. A diferencia de frutas que se estropean en pocos días, la manzana puede durar hasta cuatro semanas (o incluso más) si se guarda correctamente en frío. Su piel firme y su bajo contenido en agua libre la protegen frente al paso del tiempo.

Además, aunque produce etileno —la hormona vegetal responsable de la maduración— su piel actúa como barrera y su metabolismo en frío es muy lento. Esto significa que no se ablanda ni se oxida con facilidad, algo ideal para quienes compran fruta con antelación o desean reducir el desperdicio alimentario.

Si quieres saber cómo conservar otros alimentos, echa un ojo a los consejos que te damos en GURMÉ para, por ejemplo, hacer que los tomates duren el doble, o conseguir que la berenjena aguante en perfecto estado durante semanas.

Para mantener la manzana en perfecto estado, guárdala en la parte baja del frigorífico, a ser posible dentro del cajón de verduras. Si puedes, sepárala de frutas más delicadas como peras, kiwis o plátanos, que podrían madurar más rápido por el etileno que desprende la manzana.

Si la vas a consumir en pocos días y te gusta que esté más jugosa y dulce, también puedes dejarla a temperatura ambiente, pero ten en cuenta que madurará más deprisa. Una buena idea es combinar ambas opciones: mantener algunas en la despensa y otras en la nevera para ir rotando.

Aunque solemos asociarla a tartas y compotas, la manzana puede brillar en muchísimos platos, también salados. En ensaladas, aporta frescura y un punto crujiente que combina de maravilla con quesos suaves, frutos secos o vinagretas agridulces. Asada con canela, es un postre saludable y reconfortante; rallada, da jugosidad a bizcochos o muffins sin necesidad de añadir mucha grasa; y en puré, puede ser una base ligera para salsas o guarniciones. También es perfecta para recetas más creativas: con cerdo al horno, como ingrediente en chutneys, rellena con frutos secos o incluso como parte de una crema fría con yogur o queso.

Su contenido en fibra, vitamina C y antioxidantes hace que sea beneficiosa para nuestro organismo. Además, gracias a su bajo índice glucémico (sobre todo si se consume con piel y entera), es una fruta saciante y apta para personas con diabetes o que quieran mantener estables sus niveles de azúcar en sangre. Y es un tentempié ideal antes de hacer ejercicio o para cortar el hambre entre comidas sin recurrir a opciones procesadas.