Las albóndigas en salsa de la abuela que siempre triunfan (y el secreto está en el pan)
Tiernas, jugosas y con ese sabor de siempre: el truco de la miga que marca la diferencia
Este plato tradicional es un clásico en nuestro recetario
Hay recetas que saben a infancia, a domingos en casa y a cocina con olor a paciencia. Las albóndigas en salsa de la abuela son una de ellas. Y aunque cada familia tiene su versión, hay un secreto que casi nunca falla: añadir miga de ... pan del día anterior empapada en leche a la carne picada. Así de simple. Así de eficaz.
Este gesto clásico, que muchas abuelas conocen de memoria, es el truco para que las albóndigas salgan tiernas, esponjosas y jugosas. La miga húmeda no solo aporta suavidad, también ayuda a que la carne mantenga su textura durante la cocción, absorbiendo parte de la salsa y dándole un acabado meloso. Una receta de las que siempre apetece repetir.
En GURMÉ te proponemos hacerlas a la manera tradicional, con carne, pero también puedes optar por una receta con pescado, como estas albóndigas de sepia o las albóndigas de liba. Y ahora, sí, vamos a nuestra receta:
Así lo cocinamos
Ingredientes
- Para las albóndigas:
- Carne picada (mitad cerdo, mitad tercera) 500 g
- Pan del día anterior (sólo la miga) 1 rebanada
- Leche 100 ml
- Ajo 2 dientes
- Perejil fresco picado Un puñado
- Huevo 1
- Sal y pimienta Al gusto
- Harina (para rebozar) Aceite de oliva virge extra
- Para la salsa
- Cebolla 1
- Caldo de carne 400 ml
- Zanahoria 1
- Ajo 2 dientes
- Vino blanco 1 vaso
- Laurel 1 hoja
- Sal y pimienta Al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Comienza empapando la miga de pan en la leche y déjala reposar unos minutos hasta que se ablande por completo. Después, escúrrela con suavidad y desmenúzala con los dedos.
En un bol amplio, mezcla la carne picada con la miga ya empapada y desmenuzada, los ajos bien picados, el perejil fresco, el huevo, sal y pimienta. Amasa con las manos hasta obtener una mezcla homogénea y compacta.
Remojar el pan en leche es la clave de esta receta
Con esa masa, forma las albóndigas del tamaño que prefieras, pásalas ligeramente por harina y fríelas en una sartén con aceite caliente hasta que estén doradas por fuera. Resérvalas sobre papel absorbente mientras preparas la salsa.
En una cazuela aparte, sofríe la cebolla, la zanahoria y el ajo picados en un poco de aceite de oliva. Cuando estén blandos y comiencen a dorarse, añade el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante unos minutos.
Incorpora el caldo, la hoja de laurel y ajusta de sal y pimienta. Si prefieres una salsa más fina, puedes triturarla en este punto.
Por último, incorpora las albóndigas a la cazuela y deja que se cocinen a fuego suave durante 15 o 20 minutos, para que queden bien tiernas y se impregnen de todo el sabor de la salsa.
Trucos y consejos
El pan es la clave: usa pan de miga densa. Evita el pan de molde industrial.
No te saltes el remojo: cuanto más jugosa quede la miga con la leche, más esponjosas saldrán las albóndigas.
Carne mixta, mejor: la mezcla de cerdo y ternera da más sabor y una textura equilibrada. Si usas solamente ternera, añade una cucharada de aceite a la masa.
Puedes congelarlas: una vez fritas o ya con la salsa, son perfectas para tener un plato casero siempre listo.
Sírvelas con arroz blanco, patatas cocidas o pan crujiente: lo importante es tener con qué mojar la salsa.
Información nutricional
Estas albóndigas son un plato nutritivo y completo, con buena proporción de proteínas, hidratos y grasas. Gracias al uso de pan, huevo y carne, aportan energía sostenida, y la salsa de verduras suma fibra y micronutrientes. Puedes ajustar la cantidad de grasa utilizando menos aceite en la fritura o cocinándolas al horno o haciendo las albóndigas en la airfryer.
Valor nutricional
Energía
180 kcal
Grasas
11 g
Proteínas
12 g
Carbohidratos
7 g
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