Una venta que es destino en sí misma, un restaurante que preserva y defiende el recetario tradicional
En Málaga tenemos la fortuna de conservar algunas de las ventas tradicionales que antaño proliferaban a lo largo y ancho de las carreteras de la provincia . Antiguas casas de postas y fondas enclavadas en lugares estratégicos de paso para que aquellos que ... recorrían los caminos entre los montes y la costa pudieran encontrar el necesario descanso y alimento. Aquellas ventas , surgidas de la necesidad, derivaron en las actuales que, más que lugares de paso en este mundo de autovías, son destinos en sí mismas . Alivian los agobios de la ciudad y nos permiten reencontrarnos con esa cocina de los montes, recia, contundente y satisfactoria. Muchas se han reinventado , con mayor o menor acierto, buscando atraer a turistas y viajeros y algunas se han echado a perder tratando de adaptar sus cartas a esa especie de “neococina internacional” que es la plaga del asador y la carne a la piedra. Pero hay lugares que aún preservan y defienden ese recetario tradicional que es oro puro , la esencia misma de nuestra gastronomi?a. Y, entre ellas, Los Atanores .
La venta se ubica en un lugar privilegiado, a la salida de Valle de Abdalajís , a los pies de su sierra y cerca del Caminito del Rey, en la carretera que une Antequera y Álora, lugar de paso emblemático entre el interior y el Valle del Guadalhorce. Un lugar acogedor y unas instalaciones bien cuidadas que hablan bien a las claras del cuidado y el cariño que Francisco Rosa y su familia ponen en el negocio .
Sentados a su mesa se hace imprescindible comenzar con su lomo en manteca , extraordinario, “hors categorie”. Sin embargo –y a pesar de su fama– decepcionan un tanto las migas .Por esta zona se suelen hacer con se?mola y se adornan con granada o naranja –nada que objetar– pero en conjunto resultan algo sosas. Magníficos también los espa?rragos silvestres con huevos de corral . Trigueros de verdad, con ese aroma a campo y ese amargor tan característico y un irreprochable revuelto bien cocinado, jugoso y hu?medo.
Conviene continuar, ahora que el frío todavía arrecia, con el cocido de tagarninas con su pringa?, plato emblemático de nuestros montes que en esta casa se borda . Cucharadas de pura felicidad. También merece la pena el chivo lechal malaguen?o a la pastoril . Una receta genial en su sencillez y, desgraciadamente, muy poco habitual en nuestros restaurantes. Como broche final a este menú muy notable, un poco de leche de cabra frita o una crema de arroz con leche . Golosos y contundentes, como cabe esperar de una venta.
En Los Atanores se respira carin?o, cuidado y respeto con el producto y las recetas. Antes de que los calores nos invadan del todo –y siempre que Dios, la autoridad competente y el maldito virus lo permitan– volvamos a las ventas .
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