Cándida, en Tierras del Tempranillo: del mar al interior de la provincia

Cándida es un restaurante en Alameda , situado a un paso de Mollina, enclave malagueño que cuenta nada menos que con tres bodegas: Tierras de Mollina, Cortijo La Fuente, con su premiadísimo vino dulce Nº12, y la niña de nuestros ojos, Bodega La Capuchina. Combinar la visita a una de ellas con un almuerzo en Cándida puede resultar un plan más que apetecible. 

Disponen de varios espacios: una pequeña zona de mesas altas en la entrada, un comedor grande de estilo clásico con una acogedora chimenea y un gran comedor, de estilo moderno, con grandes ventanales que dejan pasar la luz a raudales. Sillas cómodas, mesas amplias… En verano se le suma una agradable terraza y además disponen de una carpa para celebraciones y de un parque infantil fácilmente controlable desde la primera fila de mesas del comedor acristalado. Como imagináis, un lugar así tiene mucha aceptación en la zona, por lo que en épocas señaladas como Navidad, Semana Santa o algunos puentes puede estar bastante saturado. Ni siquiera todos los fines de semana son tranquilos, por lo que reservar resulta casi imprescindible. 

En la carta de vinos no olvidan los productos andaluces. Sin dejar atrás la cercana Bodega Capuchina Vieja, aparecen nombres como Acinipo de Bodegas Schatz o Garum de Bodegas Luis Pérez. Además, aunque no aparezcan en carta, suelen tener algún fino o amontillado interesante con el que realizar el aperitivo. Pregunta que seguro que encuentran algo con lo que agradarte. 

Su carta fija puede parecer no muy extensa y algo tradicional, pero la carta de sugerencias hace muy difícil la elección. Con novedades frecuentes que acompañan al ya tradicional marisco, resulta un soplo de aire fresco en un establecimiento que no ha hecho más que mejorar. Nos gusta que se esfuercen en elaborar sugerencias del día con la fecha y los precios, demostrando que imprimir una hoja a diario es algo posible y que permite al cliente decidir tranquilamente qué tomar, sin sustos en la factura final.

Muy celebrado es su tartar de atún rojo, acompañado de alcaparras y con un suave aliño que realza de forma muy agradable el sabor del atún. Riquísima la corvina a la bilbaína, coronada de unos ajitos laminados y una guindilla verde que nos entusiasmó. Ese toque picante preciso y adictivo. Sabroso el  chuletón de ternera rosada , con el punto que nos gusta y muy, pero que muy buenos los crepes de chivo lechal con verduras de temporada y queso de cabra o el pulpo flor con mojo picón . Son platos ideales para compartir y así poder probar más cosas para hacerse una idea de lo que esta casa puede ofrecer.

El servicio es agradable y, aunque en ocasiones puede llegar a estar algo desbordado y puede alargar los tiempos de espera de la cuenta o de algún otro detalle, siempre está dispuesto a aconsejar y ayudar. Nos encantará seguir viniendo a esta casa para ver cómo esas propuestas de mejora siguen avanzando.