Los turrones con ADN malagueño vuelven a Pastelería Ramos por Navidad

“¿Qué turrón nuevo habéis preparado para este año?” . Este es una pregunta recurrente, Navidad tras Navidad, en Pastelería Ramos, en Caleta de Vélez . El cliente de la familia Ramos se ha habituado a que cada año tanto Damián como su primo ... Sebastián se pongan manos a la obra e ideen una elaboración navideña con materia prima de la zona. “Ponemos en valor los productos de cercanía y se le da una personalidad totalmente malagueña”, explican ambos a GURMÉ Málaga.

Mientras conversamos probamos el de torta de algarrobo, el primero con el que se iniciaron en esta línea de producción. “Solíamos hacer cursos prácticamente todos los años para mejorar en nuestro trabajo. En una ocasión, teniendo entre manos un turrón catalán, nos preguntamos: ‘¿y por qué no?’ y nos pusimos manos a la obra”, comentan Sebas Guerrero y Damián Ramos. De eso hace unos ocho años y desde ese primer turrón de torta de algarrobo que Ramos puso en el mercado no han parado de idear sabores y nuevas y sugerentes propuestas que terminan agotándose en las primeras semanas de las fiestas. A día de hoy cuentan con un total de 10 variantes : junto al ya citado de torta de algarrobo, el de vino de Málaga y pasas, el de naranja y Cointreau, café y chocolate con leche, de lima y aguacate, de vino Zumbral y jazmín, el de caramelo salado y piñones, el de pistacho y frambuesa y el de mango.

El boca a boca ha hecho que muchos de sus clientes sean de fuera de la comarca. “El 80% de las personas que nos compran no son de por aquí”, apunta Damián Ramos. Quién se lo iba a decir a ambos cuando comenzaron primeramente con los chocolates y los bombones en la que fuera la habitación de sus abuelos. Esta empresa es 100% familiar y con el paso del tiempo, generación tras generación, han tenido claro que junto al pan y a los dulces y pasteles era importante ir innovando sin dejar de lado su principal seña de identidad: la calidad y el arraigo con la tierra, esa bandera de ‘Málaga’ que se evidencia en buena parte de sus productos, tanto los tradicionales como lo que han ido cambiando e ideando paso a paso.

Como apuntamos, es fundamental el recurrir a productos de proximidad, materia prima de los alrededores y de otras zonas de Málaga , que impriman de personalidad sus productos. Sin lugar a dudas, estos turrones son buen ejemplo de ello. Utilizan pasas de la Axarquía –“las de aquí, ¿eh? con su pepita”–, aguacates, mangos, vinos dulces –como el Pedro Jiménez de Cortijo La Fuente (Mollina) o Zumbral, de Dimobe–, queso (el rulo de queso de cabra de La Hortelana, en Coín) y piñones y nueces pecanas –ecológicas, de Haza del Palmar–, entre otros. En Pastelería Ramos consideran que al final todos ganan y todo suma. “Nos ayudamos los unos a los otros, es mayor visibilidad y también repercute en las cifras de venta. Somos firmes defensores de una filosofía que aboga por la unión de pequeñas empresas como la nuestra para avanzar juntos”, añade Damián.

En la campaña 2019/2020 llegaron a comercializar alrededor de 4.000 unidades y en estos momentos, pese a que la pandemia también les ha afectado, adelantan que en dos semanas máximo probablemente se hayan quedado sin barras y lingotes. Y es que a su fama en la provincia hay que añadir que se les empieza a conocer en otras zonas de España e incluso de Europa, con pedidos que van llegando del norte del Viejo Continente. El poner en marcha la tienda online ha sido clave y seguramente les de alas para llegar a otros mercados que puedan ser de interés.

Tanto Sebas como Damián han ido aprendiendo sobre la marcha, de manera autodidacta en un principio y más tarde realizando cursos y formaciones especializadas para avanzar y mejorar el producto que se conseguía en el obrador. “Cuando nos lanzamos al tema de los chocolates nuestra primera ‘escuela’ fue un libro de chocolatería. Después iríamos a Barcelona a formarnos con los mejores pero buena parte de la labor previa fue solo porque esta profesión nos apasiona y somos muy inquietos, siempre pensando con qué mejorar e innovar”, nos dicen los primos Ramos.

Como hemos señalado antes, sin perder de vista jamás sus raíces y la tradición y echando mano a recetas de toda la vida. “Un caso claro es de nuestra torta de algarrobo , que se hace a la manera en la que lo hacía mi abuela. Su aceite de oliva virgen extra, matalahúva, canela… Nada de cacahuete y mucho menos manteca de cerdo, que no hemos de olvidar que esta elaboración tiene su origen en la cultura andalusí, por lo que esa manteca sobra por completo en nuestra fórmula para preparar esta torta. Ah, y nosotros incluso utilizamos masa madre, porque ya os decimos que lo importante es la calidad final”, cuenta Damián.

Otro ejemplo a este respecto es el piñonate , uno de los dulces navideños de Málaga que recomendamos hace unos días en GURMÉ, que se elaboran de forma artesanal, con mazapán 100%, “sin fécula de patata, que es más económica y se usa en muchos sitios, y con un piñón que viene de Conil, nacional, que cuesta 75 euros el kilo. Imagina el sabor y la textura final de este piñonate”, dicen los Ramos. Y bueno, qué decir de sus magdalenas , que tienen adeptos tan expresivos como un niño de Madrid al que se las lleva su abuelo cuando va de visita y que las ha bautizado como “las increíbles”.

Damos fe de ello de que son realmente deliciosas, con un sabor muy marcado y una esponjosidad pocas veces vista en un bollo tan ‘común’ como es la magdalena.

Dicho esto, si se preguntan cómo hacerse con los turrones de Ramos y/o aprovechar para probar sus chocolates y bombones, sus dulces y bollos y el pan que sale de este obrador, solo hay que acercarse a Caleta de Vélez, donde está su establecimiento. Otra opción, para determinados productos, es entrar a su tienda online, donde encontrarán referencias de algunas de las delicias aquí citadas.

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