¿Cómo son los vinos blancos jóvenes de Pérez-Barquero? Conozcámoslos tras la cosecha
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Iniciar sesiónPérez-Barquero ha terminado hace unos días la cosecha para sus vinos blancos jóvenes: Viñaverde, Viña Amalia y Finca la Cañada Verdejo . La recolección de la uva se hace de madrugada, ya sea de forma manual como con un tipo de cosechadoras que ... tiene mesa de selección de la uva. Tras ese proceso se moltura, se extrae el mosto y se pasa a fermentar a 15 grados de temperatura en depósitos de acero inoxidable
Montilla-Moriles es fundamentalmente una tierra de vinos generosos, es decir, el fino, amontillado, palo cortado, oloroso o dulces. La uva por excelencia es la Pedro Ximénez. Pero a tales vinos se les unieron hace unas cuatro décadas los vinos blancos jóvenes, que suelen ser muy aromáticos y frescos. Bien con uva Pedro Ximénez como casi siempre con el concurso de otras blancas habituales. En su elaboración se añaden lo que se denomina ‘vidueño’, o sea, variedades blancas, pero minoritarias. Estas son muy frescas y ricas en aromas primarios. Como explica a Gurmé la responsable de márketing de Pérez-Barquero, Adela Córdoba, con la denominación ‘vidueño’ consideran a las variedades «que no son la reina, la Pedro Ximénez». Entre ellas están sobre todo la moscatel y baladí-verdejo. Y en en segundo lugar las uvas macabeo , torrentés y montepil.
Como se suele decir, vayamos por pasos, en este caso…por vinos.
El Viñaverde es la primera variedad blanca que tuvo Pérez-Barquero . Se lanzó al mercado en 1983. Se llama así precisamente porque la vendimia temprana se conoce también como vendimia en verde. Ese tipo de vendimia potencia la acidez y disminuye el grado de alcohol. Se emplean uvas como la moscatel y la verdejo. La tierra albariza también tiene bastante que decir, y en este caso aporta toques salinos. Este vino procede de esa mezcla de variedades que, en conjunto, aportan ligereza y un toque floral delicado.
Este vino blanco es idóneo para aperitivos o platos sencillos. El autor de la guía ‘Los supervinos’, dedicada a vinos que se venden en los supermercados, Joan C. Martín, ha seleccionado en varias ocasiones al Viñaverde y declaraba los siguiente: “Recuerdo muy bien cuando lo caté y el placer que me produjo. Viñaverde es un vino muy bien hecho y conecta con la sensibilidad de un buen paladar. Soy enólogo y entiendo lo singular, preciso y difícil que es hacer un vino como el Viñaverde en Montilla.”
Seguimos con el Viña Amalia, vino elaborado en la sierra de Montilla , que además de estar a unos 500 metros por encima del nivel del mar tiene un particular microclima, acompañado de ya comentado carácter mineral del terreno albarizo.
Viña Amalia se elabora con una selección de la uva autóctona Pedro Ximénez, perfumada con un toque de moscatel y con un ramillete de variedades blancas de la zona de los “vidueños”. Y así se consigue un vino afrutado y a la vez seco.
Por su parte Finca la Cañada es un vino 100% de uva verdejo. Y aquí hay que hacer un pequeño paréntesis histórico. Hasta hace unas décadas la variedad baladí-verdejo era fácil de encontrar en los viñedos de la Sierra de Montilla. Ya era citada por Rojas Clemente (1813) en su detallada descripción de las vides andaluzas. Su parecido morfológico con la verdejo actual es asombroso. Ambas se adaptan a la perfección al ecosistema de la Sierra: alberos, clima de inviernos fríos, primaveras y otoños suaves, veranos secos y soleados y altitud en torno a los 500 metros.
Tras una fermentación controlada; el vino reposará sobre sus lías finas durante un mínimo de 3 meses antes de envasarlo. El resultado es un vino fresco y muy aromático, también suave y con tonos amargos y salinos.
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