La Fuente: Al compás de lo sugerente

Gargantúa

13/05/2019 a las 01:26h.

Del antiguo convento franciscano de San Pedro el Real, fundado por el Rey Fernando III en la primera mitad del siglo XIII, hoy solamente nos queda su iglesia y la mitad de un bellísimo claustro donde aún resuena la fiesta de la Cruz de la ... hermandad del Huerto, la ganadora del certamen de este año, en la plaza de la Tierra Andaluza. Así ya merece la pena ir paseando hasta el restaurante La Fuente. Bajar la calle San Fernando repleta de luz, cal y naranjos contemplado una frontera histórica de la ciudad. A la derecha la hilera de casitas alargadas que uno se imagina adosadas a la muralla de la Villa —el límite actual de la zona Patrimonio de la Humanidad—. A la izquierda, los primeros pasos hacia la Ajerquía, a la Córdoba reconquistada de las collaciones. Atravesamos el pedregoso Compás de San Francisco y hallamos la iglesia del mismo nombre, una joya barroca. En su fachada se encuentra la única talla pública dedicada al conquistador de Córdoba: Fernando III «El Santo». Y a unos pasos, nuestra mesa.

Hace poco más de un año que el dueño del popular hostal La Fuente (con 30 años de vida en la calle San Fernando) decidió convertir la cafetería de su establecimiento en un restaurante. Y transformar su cocina en unos fogones donde trabaja el producto local sin estridencias pero con creatividad, sin una carta asfixiante, sino comedida. La base de un local que ha cundido entre la clientela con aceptación.

Apostamos por tres entrantes fríos para el ambiente primaveral. La torta crujiente de atún fresco nos sorprende . A modo de carpaccio y una fina capa de tosta con aliño. La mazamorra es correcta, habría que buscar, tal vez, una cantidad más justa. Para el turista, recomendable el dúo salmorejo-mazamorra. Y rematamos con una ensalada de naranja y arenques, creación propia que evoca la clásica de naranja, aceite y bacalo, tan cordobesa, tan de la época, tan necesaria… Hay que cuidar el toque de aceite y cebolla siempre.

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Luego nos decantamos por la carne, aunque del día hay sugerencias, por ejemplo, una corvina sobre fondo de salmorejo de pimiento fuera de carta. Interesante. Pero vamos al choto y la presa. Valle de los Pedroches. La presa va marinada, a modo de embutido, rica, pero con una excesiva ensalada que lo estropea. Aire oriental pero sin salir del Valle del Guadalquivir. En cuanto al choto, no es una pieza común en los restaurantes y tabernas cordobesas, y aquí se apuesta con personalidad por dos formatos: la pierna clásica de choto y marinado al ajillo. El más sugerente con sus patatas de guarnición. Carta de vinos justa y postres discretos.

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