De pollo asado a pollo asado: los mejores de Córdoba en un itinerario por barrios

Todo se le perdona a una asador de pollos . Se perdona el calor, las altas temperaturas por el fuego. Sólo estamos nosotros y el pollo, el pollo girando con su efecto hipnótico. Cuántas personas habrán entrado en trance mirándolos. Todo se le perdona a un asador de pollos. La falta de asientos, las colas. Sólo estamos nosotros y el pollo. Y esas patatas. Y esos pimientos . Seguro que sólo al verlos escritos ya se ha imaginado esa grasilla deseada. Porque eso también se le perdona al asador de pollos, incluso se le exige. Hay caprichos dulces y hay caprichos con extra de aceite (de oliva virgen). Cuántos fines de semana se han solventado con un pollo asado, placer nada culpable, muchas veces remitiendo a la infancia cuando se nos introduce en este manjar cuyos matices durarán siempre, pues hay auténticos críticos entre los clientes que detectan las variaciones entre unos lugares y otros. A continuación presentamos una selección de los mejores pollos asados de Córdoba.

El asador de Nati
Conocidísimo por estar regentado por los padres de Paco Morales, del restaurante Noor, es tan famoso por su pollos asados (y otros productos) como forjador de estrellas Michelín. Hablamos del Asador de Nati ( Avenida Miguel De Unamuno, 14) . No sólo se dedica a los pollos sino también a la cocina tradicional, pero en materia de pollos asados es uno de los que viene de inmediato a la mente de cualquier cordobés. Se trata además de un lugar fuertemente vinculado al barrio de la Fuensanta.

El asador Kikirikí de la zona de la Viñuela
Y si el asador de Nati acude al pensamiento de inmediato, igual respuesta, por su pesos tradicional, tiene El Kikirikí , que además cuenta con la ventaja de un nombre idóneo surgido en una tormenta de ideas cuando las tormentas de ideas ni siquiera se llamaban así. Durante décadas ha sido recurrente en las casas de la ciudad, primero como comida en el fin de semana familiar de antaño, ahora como también como alivio en una vida más acelerada. A lo largo de los años ha tenido establecimientos en diversas calles, ahora cuenta con dos (Calle Poeta Muhammad Iqbal, 3 y Plaza de Aladreros, 6) .
Dicen los gourmets del pollo asado que incluso en verano se ve a gente esperando a más de 40 grados fuera de la freiduría La cocina de Araceli (Carretera del Aeropuerto, 4) con tal de no quedarse sin pechuga, muslos, sobremuslo y alitas. Al igual que los otros negocios va ampliando su oferta a otros productos, puesto que establecimientos puros y duros de solo pollo asado ya apenas quedan. El público demanda más en todos los aspectos. Muchos de estos locales se pueden ya considerar restaurantes de comida para llevar.
Es también el caso del Asador El Nido (Acera del arrecife, 5) que en el Campo de la Verdad y desde 1989 se dedica con éxito a estos menesteres, ampliando su oferta a la hamburguesería. Es famoso también por sus precios baratos, también el de los bocatas. Y por la atención al público.
El Asador de Dominique (Calle Isla Formentera s/n) es otro de los asadores más conocidos al margen de los tradicionales por encontrarse en un barrio más moderno, en la zona de Arroyo del Moro. La palabra crujiente se puede aplicar a su producto estrella, que de nuevo se combina con una oferta más amplia.

Tele-Pollo, en Sagunto
Al Gallo de oro (Plaz de Abades, 6) se le puede incluir en el tópico de estar en un marco incomparable, pero así es. En pleno corazón del casco histórico y en una de las plazas más recoletas de la ciudad, ejerce su magisterio en pollos y carne en general, pues no es un lugar precisamente veggie-friendly: piernas de cerdo, lechones, pavos, conejos y codornices complementan una oferta centrada en la proteína. Y no es el único pollo bañado en oro, pues en el barrio de Santa Rosa se encuentra otro gran conocido de los cordobeses: El Pollo Dorado (El Castaño, 5) . Es uno de esos lugares, ojo, en los que se agotan las existencias por la demanda del barrio. El local tuvo otros nombres pero se dedica a esta gastronómica faena desde los años 80.
El Asador de Lola (Avda. Rabanales, 12) tiene el punto fuerte en la muy demandada salsa, que en general es a su vez para muchos la esencia de los pollos asados, aunque hay quien los prefiere menos regados. Migar mucho o migar lo justo y necesario: dos escuelas enfrentadas. Además del anterior en la barriada de Sagunto se encuentra otro lugar de referencia para este popular plato, se trata de Tele-Pollo (Cinco Caballeros, 5) , en el que además los encargos vuelan. Destanca por otra parte sus pimientos.
Casi podría llamarse Los pollos hermanos, como el célebre negocio de la serie Breaking Bad, pero parecen no tener parentesco. Así, el Asador Dos Pollos (Escritora Cecilia Bohl de Faber s/n) cuenta con la ventaja de haberse instalado en un barrio de reciente construcción, al final de la avenida del Aeropuerto, para abrirse a una clientela deseosa. Además tiene platos de cuchareo y pasta.
En Fátima hay también lugar para los pollos asados, y además menús del día. La Buena Cocina de Fátima (Escritor Gómez de Rivera, 14) ofrece todo eso además de verduras, ensaladas y postres caseros. También pastas, flamenquines y croquetas. Y si eso es en Fátima damos el salto a Ciudad Jardín porque allí está también… La Buena Cocina (Gran Vía Parque 39) . Eso sí, a secas, nada tiene que ver con la anterior. Mucho cuidado. Las colas pueden llegar hasta la esquina, tan demandados son sus pollos.
Y empezábamos por la Fuensanta y terminamos por ella, pues allí se da la fusión entre canario y pollo. No se asusten, pues se trata solamente del nombre: Piolín (Acera Alonso Gómez de Figueroa, 1) . ¿Recuerdan lo de migar mucho o lo necesario? Este es un caso de pollo que tiende menos al exceso.
Eso sí, hay que tener en cuenta que mientras unos establecimientos funcionan de forma convencional, otros se enfocan tan solo al fin de semana, cuando se concentra su clientela.
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