Bodegas Mezquita Corregidor: Historia, misterio y sabores que resisten al tiempo

En la época dorada de Al-Ándalus, cuando Córdoba brillaba como el epicentro cultural del mundo islámico, una de las esposas del califa ordenó la construcción de los Baños Árabes de la Pescadería, inspirada por la belleza arquitectónica de Oriente. Estos baños no solo ofrecían un espacio de relajación, sino que se convirtieron en un refugio de confidencias femeninas y en escenario de intrigas palaciegas.

Aunque las transformaciones del tiempo alteraron su estructura, el alma de aquellos baños árabes sigue presente. Hoy, en el patio de Bodegas Mezquita, un majestuoso arco mudéjar y un capitel con una inscripción árabe datada en el año 976 evocan ese esplendor perdido. La inscripción, dedicada al califa Al-Ḥakam al-Mustanṣir, resuena como un eco de la grandeza de una era que dejó su huella imborrable en Córdoba. «En el nombre de Dios. La bendición de Dios, completa, el perfecto bienestar, la gloria eterna para el imam, el siervo de Dios, al-Ḥakam al-Mustanṣir billah, el Emir de los Creyentes, ¡Dios alargue su vida!» Fechada en 976 d.C.

Tras la Reconquista, los baños árabes se transformaron en tabernas, convirtiéndose en epicentro de la vida social cordobesa. Aquí, poetas, campesinos y viajeros se reunían para compartir historias, disfrutar del vino y crear una tradición que perdura hasta nuestros días. En el siglo XIX, Córdoba llegó a contar con más de 170 tabernas, dando origen al dicho: «Córdoba ciudad bravía, que entre antiguas y modernas, tiene trescientas tabernas y una sola librería».

Tenemos constancia de que se llamó la taberna de «La Pescadería» que más tarde fue transformada por D. José Pérez Barquero en la famosa Taberna «Los Palcos», hoy conocida como Bodegas Mezquita Corregidor. Durante la Guerra Civil, la taberna fue refugio de soldados en busca de descanso y compañía, mientras que las cercanas casas de citas del callejón de la Mancebía añadían un aire pícaro y clandestino a la zona.

Pero no todo en Bodegas Mezquita es historia documentada. Hay quienes aseguran que las noches en el restaurante están lejos de ser tranquilas. Trabajadores y visitantes han reportado la presencia de un fantasma que ronda las habitaciones superiores. Algunos describen una sombra oscura que solo se refleja en el Salón del Espejo, mientras otros afirman haber visto a una figura vestida con una túnica blanca que camina con un paso inquietante por los pasillos.

Uno de los relatos más impactantes ocurrió en la primera mitad del siglo XX. Miguel Ángel Bellido Aguilar, hijo de un antiguo dueño, afirmó haber sentido una fuerza invisible que desgarró su camiseta mientras estaba solo en su habitación. Aunque sus padres acudieron alarmados, no encontraron a nadie más allí.

¿Quién es este espíritu? Algunos creen que se trata de un visir árabe traicionado en la corte, mientras otros apuntan a un joven de la familia que murió trágicamente en este lugar en 1971. Sea cual sea la verdad, lo cierto es que las historias de apariciones han convertido a Bodegas Mezquita en un lugar envuelto en un halo de misterio.