La viuda del Príncipe Harald von Hohenzollern da a luz a su primer hijo

El nacimiento se produjo el pasado 31 de julio, tal como anunció la propia Josefa a través de sus redes sociales, con un mensaje que conmovió a sus seguidores: «Nuestro hijo ha venido al mundo. Estamos muy felices, agradecidos y sencillamente abrumados por este pequeño rayo de sol. Una personita tan pequeña es ya la mayor luz de mi vida. Estamos bien. Bienvenido, pequeño Leopold».

La princesa, título que ostenta oficialmente desde su matrimonio en septiembre de 2024 con el miembro de la casa Hohenzollern-Emden, posó junto a su bebé en brazos y el equipo médico del hospital de Leonberg que la atendió durante el parto. A todos ellos dedicó palabras de profundo agradecimiento: «Los últimos días han sido intensos, emotivos y llenos de cercanía. He podido experimentar lo que significa ser atendida como madre en el hospital de Leonberg: con la máxima profesionalidad, con profundo respeto, con corazón. Mi más sincero agradecimiento a todo el equipo, a los médicos, las comadronas y el personal de enfermería, por su experiencia, su tranquilidad y su increíble humanidad».

Josefa, muy conocida en Alemania tanto por su trayectoria como funcionaria, inspectora de policía y docente universitaria, como por su papel en la política local de Baviera y Baden-Württemberg, donde ha sido alcaldesa y concejala por la CSU y luego por el FDP, ha decidido ahora dejar en pausa sus actividades públicas para centrarse por completo en la maternidad. «En los próximos días me concentraré por completo en Leopold. Pero la vida, la ciudad y las responsabilidades no se detienen, por lo que hemos planificado conscientemente: mi equipo publicará la próxima semana artículos sobre la asistencia sanitaria en Leonberg y sus alrededores, que hemos preparado juntos. Estoy presente, con la mirada de una madre, el corazón de una ciudadana y la responsabilidad de una candidata», explicó en el mismo comunicado.

La tragedia golpeó a la familia cuando apenas llevaban nueve meses de matrimonio. En junio, Harald von Hohenzollern, empresario del sector de los diamantes y miembro de una de las dinastías más antiguas de Alemania, falleció en Windhoek, la capital de Namibia. Josefa estaba entonces embarazada de siete meses. Fue ella misma quien informó de lo ocurrido a través de sus redes sociales, con una carta dirigida a sus conciudadanos de Leonberg: «Mi amado esposo, Harald von Hohenzollern, falleció de forma totalmente inesperada debido a una muerte súbita cardíaca. Esta pérdida me afecta profundamente». Junto al mensaje compartió un collage de imágenes del matrimonio.

La pareja se había conocido en 2022 durante una feria comercial en Stuttgart y, pese a la distancia, él vivía entre África y Alemania por motivos empresariales, iniciaron una relación que culminó con su boda en la iglesia de San Ulrich. «Lo nuestro fue amor a primera vista», había comentado ella en entrevistas previas a su fallecimiento.

A pesar el linaje de su esposo, Josefa ha mantenido siempre un perfil más centrado en el servicio público que en los títulos nobiliarios. No obstante, tras el fallecimiento de Harald, aclaró que según la legislación alemana y los derechos de la casa de Hohenzollern, su nombre oficial es Josefa, princesa de Hohenzollern-Emden. Aun así, prefiere utilizar «Josefa von Hohenzollern» en su labor como servidora pública: «Es importante para mí demostrar un enfoque cívico y con los pies en la tierra», señaló en su cuenta de Instagram.

Ahora, con el nacimiento de su hijo Leopold, la viuda ha encontrado un nuevo motivo de esperanza en medio del duelo. «Esta experiencia me conmovió no solo como madre, sino que también me fortaleció como política local: la salud no puede ser casualidad. Requiere estructuras confiables, buenas condiciones laborales y una postura clara sobre los servicios públicos, especialmente a nivel local», escribió en otra publicación reciente, en la que se le ve serena, rodeada por el personal médico, con su bebé en brazos.

Josefa von Hohenzollern, también conocida como la 'alcaldesa cantante' por su afición a la música y su presencia habitual en eventos culturales, afronta esta nueva etapa con la entereza que la ha caracterizado en sus años de carrera pública. Con el pequeño Leopold en casa, inicia una nueva vida, marcada por la pérdida, pero también por una renovada misión personal y política. «La nobleza es, sin duda, cuestión de origen, responsabilidad y actitud. Pero yo vivo en el presente y siento una obligación igual hacia los ciudadanos de nuestra ciudad», concluyó.