La vida personal de Judit Mascó: su marido Eduardo Vicente, sus hijas y su compromiso con las causas sociales

Casada con Eduardo Vicente desde 1993, ambos han forjado un vínculo que ha resistido la prueba del tiempo y los rumores. Se conocieron cuando Judit tenía apenas 15 años; él era amigo de su hermano, y desde ese momento, sus caminos se cruzaron para nunca separarse. Tras cuatro años de relación, decidieron dar el gran paso y celebrar su boda el 23 de julio de 1993 en la ermita del castillo de Sant Lluís de Rístol, un evento íntimo al que asistieron solo 80 invitados. La pareja decidió vender la exclusiva a un medio de comunicación, destinando los fondos a diferentes ONG, reflejando desde el principio su compromiso con causas sociales. Judit recuerda esa celebración con cariño: «Siempre que me viene a la memoria se me ilumina la cara. Fue una boda muy íntima, muy nuestra, muy de verdad».

En 2013, tras dos décadas de matrimonio, Judit y Eduardo decidieron renovar sus votos en una ceremonia informal. Para esta ocasión especial, Judit volvió a lucir el mismo velo que usó en su primera boda, simbolizando la continuidad de su amor. «Eduardo y yo somos dos personas que, una vez pasado el enamoramiento de los primeros años, siguen avanzando por el mismo camino y juntos con los mismos principios y valores» , declaró Judit en una entrevista. Este compromiso mutuo ha sido clave para superar los obstáculos que se han presentado a lo largo de su relación.

La pareja ha compartido su vida con cuatro hijas: María, Paula, Romita y Clara. Judit, en varias ocasiones, ha manifestado su orgullo por ser madre. «La familia es lo más importante para mí. Siempre he querido ser una madre presente y disfrutar de cada momento con mis hijas«, ha afirmado en diversas entrevistas. Sus hijas han heredado el carisma y la belleza de su madre, y aunque solo la mayor, María, ha decidido seguir sus pasos en el mundo de la moda, Judit se siente satisfecha de verlas crecer y forjar su propio camino en la vida.

Más allá de su vida familiar, Judit ha dedicado una parte significativa de su tiempo y energía a causas solidarias. Desde hace años, preside la Fundación ARED, que trabaja para la reinserción de mujeres en riesgo de exclusión social, muchas de ellas exreclusas. Judit se sintió atraída por este proyecto tras conocerlo a través de un amigo de sus padres y ha estado involucrada desde entonces. Este compromiso con el bienestar de los demás refleja su empatía y su deseo de contribuir a una sociedad más justa.

La Fundación ARED, que comenzó en 1994, se enfoca en proporcionar herramientas a mujeres que han enfrentado dificultades, brindándoles apoyo y oportunidades para su reintegración en la sociedad. Judit ha trabajado arduamente para que la fundación crezca y tenga un impacto positivo en la vida de estas mujeres. Su compromiso ha sido reconocido con varios premios, como el Premio FIDEM a la Corresponsabilidad y el Emprendimiento Social, otorgado en 2022.

A sus 55 años, Judit sigue siendo un referente en la moda. Aunque ha reducido sus apariciones en pasarelas, no ha dejado de trabajar. Actualmente, es imagen de marcas reconocidas como Vidal y Vidal y colabora con la cadena de hoteles Gran Meliá. Recientemente, desfiló para Pedro del Hierro en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, demostrando que su presencia en la industria sigue siendo relevante. Su estilo de vida refleja una combinación de profesionalismo y dedicación familiar.

A lo largo de su carrera, Judit ha participado en numerosas campañas publicitarias y ha sido el rostro de grandes firmas, lo que le ha permitido mantenerse en la cima de la industria. A pesar de la presión de la fama, ha logrado conservar su esencia y autenticidad, convirtiéndose en un ejemplo a seguir. «Me hace muy feliz colaborar con clientes con los que me entiendo, que tienen un proyecto bonito», ha expresado, enfatizando la importancia de alinear sus valores con los de las marcas con las que trabaja.

Además de su labor como modelo y su compromiso social, Judit es una mujer multifacética. Se ha descrito como una amante de la cocina, el yoga y la naturaleza, y siempre busca el equilibrio entre su vida laboral y personal. Su pasión por el bienestar y la alimentación sana la ha llevado a desarrollar proyectos relacionados con la promoción de estilos de vida saludables.

La vida de Judit Mascó es un testimonio de cómo se puede equilibrar una carrera brillante con una vida personal rica y satisfactoria. Su historia es un ejemplo de amor, compromiso y solidaridad, y su legado en el mundo de la moda y la filantropía perdurará por generaciones. Judit sigue demostrando que se puede ser una figura influyente sin dejar de ser una madre, esposa y defensora de causas importantes, manteniendo siempre un perfil bajo y una actitud de respeto hacia su propia vida y la de los demás.