La vida desconocida de Haruki Murakami: de estar casi arruinado a los problemas con la fama

El escritor japonés recibe este viernes el premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, un galardón que llega casi 50 años después de su estreno como novelista

Premios Princesa de Asturias 2023, en directo: ganadores, ceremonia de entrega y discursos hoy

Orden de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2023: galardonados y categorías

Premios Princesa de Asturias 2023: horario y dónde seguir la gala en directo

El escritor Haruki Murakami

Haruki Murakami es considerado por muchos como «el eterno perdedor». El aspirante eterno al premio Nobel de Literatura, que sigue resistiéndose desde hace años, tampoco se ha llevado nunca el prestigioso Premio Akutagawa japonés. Sin embargo, sí le han reconocido otros galardones, como ... es el caso del premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, que lo galardona como uno de los grandes novelistas de la historia a ojos de España.

Así lo elegía el jurado que entrega esta distinción, justificando su decisión en «su alcance universal, su capacidad para conciliar la tradición japonesa y el legado de la cultura occidental en una narrativa ambiciosa e innovadora». No es de extrañar, pues Murakami se ha convertido en uno de los escritores más prolíficos de la historia, traducido a más de 42 idiomas y coronado como el gran superventas de las librerías de todo el mundo.

Sin embargo, antes de convertirse en el creador de 'best-seller' que es a día de hoy, Murakami vivió una vida muy complicada: llegó a estar casi arruinado después de casarse con 21 años. Te contamos el lado más desconocido del nuevo premio Princesa de Asturias de las Letras.

50 años con Yoko Murakami: así se gestó su amor

La vida de Haruki Murakami no sería la misma sin el gran amor de su vida, la mujer que le ha acompañado durante más de 50 años, Yoko Takahashi. Ambos se conocieron por pura casualidad en un curso de Arte Dramático en la universidad de Waseda. Era 1969 y ninguno de los dos sabía entonces que el futuro de calamidades y éxito conjunto que les deparaba el destino.

Por entonces, el escritor ni siquiera había llegado a plantearse la posibilidad de una carrera en el mundo de la escritura y se centraba en estudiar literatura y teatro griegos, aunque su gran sueño era ser guionista de cine. A la vez que trataba de licenciarse, trabajaba en una tienda de discos en Shinjukuy se dejaba caer por los bares de jazz en Kabukicho, una experiencia que le serviría más tarde para ambientar algunas de sus novelas.

A pesar de esta situación, en 1971 Murakami no dudó en casarse con la que a día de hoy sigue siendo su mujer, tan solo dos años después de haberse conocido. Apenas tenían 22 años y, para vivir, decidieron dejar sus respectivos estudios y ponerse a trabajar en empleos temporales: sirvieron cafés y vendieron discos para ahorrar.

La pareja fue muy contundente con la decisión de no tener descendencia: «No puedo tener hijos. No confío, como hizo la generación de mis padres, en que el mundo vaya a mejorar», revelaba el autor en 1984, según un artículo del diario The Telegraph. «El matrimonio es donde aposté. Tenía 20 ó 21 años. No sabía nada del mundo. Era estúpido. Inocente. Fue una especie de apuesta, con mi vida, pero de todas formas sobreviví», explicó en una entrevista para The Guardian en 2011.

A lo largo de estos más de 50 años juntos, su esposa se ha convertido en su gran apoyo en su prolífica carrera en el mundo literario. Es por ello que su mujer se ha convertido en la primera lectora de sus manuscritos, marcando el criterio a seguir en muchas de sus novelas: «Seguimos siendo amigos, hablamos mucho y ella me ayuda mucho. Respeto su opinión y a veces peleamos porque en ocasiones es muy dura».

Problemas económicos y un negocio casi arruinado

No obstante, no todo ha sido fácil en el camino de Murakami y su esposa, que tuvieron que atravesar muchas penurias económicas tras casarse. «El problema era que cuando nos casamos todavía no teníamos dinero. Los tres primeros años mi mujer y yo trabajamos como esclavos, con frecuencia en varios trabajos simultáneos para ahorrar todo lo que pudimos».

Tras varios años aceptando trabajos de todo tipo sin cualificación alguna y gracias a los préstamos de amigos y familiares, la pareja consiguió ahorrar lo suficiente para cumplir uno de los grandes sueños del escritor: abrir un local de jazz en Tokio. Lo llamaron Peter Cat en honor al gato del escritor, que siempre le acompañaba a todos lados, y se mantuvo abierto durante cinco años, aunque esto solo hizo que sus problemas económicos se vieran empeorados.

No fue una época fácil para Haruki y su esposa, que luchaban constantemente para hacer frente a las deudas que les ocasionaba: «Aunque hacíamos lo que nos gustaba, pagar nuestras deudas era una lucha constante. Le debíamos dinero al banco y a la gente que nos había apoyado», justificaba el novelista, que incluso llegó a cometer un delito completamente desesperado por la situación económica. «En una ocasión, mientras estábamos atrapados por nuestro pago mensual al banco, mi esposa y yo caminábamos con la cabeza gacha a altas horas de la noche cuando tropezamos con algo de dinero tirado en la calle. No sé si fue sincronicidad o algún tipo de intercesión divina, pero la cantidad era exactamente la que necesitábamos», reveló el japonés, que se quedó el dinero para poder hacer frente a estos problemas.

El éxito inesperado y los problemas con la fama

Murakami ha vivido muchas situaciones insólitas, aunque la más extraña ha sido sin duda su éxito como novelista. Su primer libro, 'Escucha la canción del viento', publicado en 1979, comenzó a convertirle en un fenómeno de masas, permitiéndole publicar una novela tras otra y dejar atrás su pasado de ruina y pobreza.

Haruki Murakami durante su juventud

Sin embargo, el escritor nunca se planteó una carrera dentro del mundo de la literatura y fue una sorpresa absoluta verse convertido en lo que es ahora: «Algunas veces me pregunto por qué soy ahora novelista. No hay una razón definida de por qué me convertí en escritor. Algo pasó, me hice novelista y ahora soy un escritor de éxito».

El gran estallido le llegaría en 1987, con el incalculable éxito de su novela 'Norwegian Wood (Tokio blues)', lo que le permitió dejar su Japón natal para comenzar una nueva vida en Europa y Estados Unidos. Regresaría apenas una década después, en 1995, tras el terremoto de Kobe y el ataque terrorista de gas sarín que la secta japonesa Verdad Suprema perpetró en el metro de Tokio.

Sin embargo, para Murakami este éxito repentino y el salto a la fama no ha sido nada fácil de gestionar, tal y como revelaba en una entrevista para The New Yorker: «No podía salir a cenar o ir en metro sin que me hicieran una fotografía. Fue terrible y no volverá a pasar», explicó el autor, que se mantuvo alejado de las grandes masas dentro de su propia tierra.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios