Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova: la boda soñada por la alta sociedad
El enlace reunió a un elenco espectacular de invitados vip, con Felipe VI, las Infanta Cristina y Elena más doña Sofía a la cabeza
El vestido de la novia, el entorno elegido para la fiesta y más, al detalle
Así son los miembros de la familia de Victoria López-Quesada, la novia aristócrata del año
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSi alguna vez Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova soñaron con una boda envidiada por toda la alta sociedad, se puede decir que el éxito ha sido completo. El recién estrenado matrimonio celebró un enlace de ensueño que hoy sigue ... acaparando admiración, elogios y comentarios positivos.
Era uno de los acontecimientos más esperados del año, con presencia royal incluida, y lo cierto es que no defraudó a nadie. Tuvo todo el lujo y glamour que se le presume a una boda aristocrática y nada falló. La presencia de invitados de máximo nivel, como el Rey Felipe VI o la Infanta Cristina, ya era una garantía de éxito. Pero es que hubo mucho más.
-
El Rey, la Princesa y Doña Sofía, los mejor valorados con un 6,7 de puntuación
Juan Fernández-Miranda -
Victoria López-Quesada: del mantón de Manila al vestido de novia de Caprile
Marta Carcelén Peñuela
Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova se convertían el sábado en marido y mujer reuniendo a royals, aristocracia y empresarios del mundo de la ganadería, sector en el que trabaja el novio. Casi nada. Y la admiración comenzó al comprobar cómo avanbzaba hacia el altar Victoria López Quesada, hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y de Pedro López-Quesada, enfundada en un espectacular diseño de Lorenzo Caprile, uno de los modistas más prestigiosos de nuestro país. No en vano le llaman el rey de la costura.
El exclusivo vestido de la novia
Se trataba de un diseño exclusivo que quitaba el hipo por su elegancia. El look nupcial en cuestión se acompañaba de una tiara y un cuidado bordado. Todo para realzar un diseño en clave minimalista que contemplaba con orgullo el padrino, Pedro López-Quesada, presidente de Citigroup para España y patrono de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Todo un triunfo para la novia, una mujer clásica en cuestión de estilo. Por eso recurrió al mismo diseñador que eligió su madre para su boda de 1994, hace 30 años.
La familia de Felipe VI no quiso perderse el enlace. El monarca llegaba a la ceremonia conduciendo su propio vehículo y en compañía de la Infanta Cristina, una imagen nada habitual que refrendó el carácter único de la ceremonia. No estuvo la Reina Letizia, algo que ya se sabía, de nuevo en París para apoyar a los atletas españoles en los Juegos Paralímpicos. Por unas cosas o por otras, lleva más de una década sin ir a una boda con la familia del Rey.
Tampoco estuvieron presentes ni Leonor, que ya ha ingresado en la Escuela Naval de Marín, ni Sofía, de vuelta en Gales, pero sí la emérita, doña Sofía y la Infanta Elena. También faltó el emérito, Juan Carlos I, cuya presencia se mantuvo en duda hasta el final, pero sí acudió otra royal como Sassa de Osma, que también deslumbró con su look de invitada.
La 'simbólica' ausencia de Froilán
Por añadir algo de picante, hubo otra ausencia notable, más por su efecto simbólico que por otra cosa. Y es que también faltó Froilán. ¿Y qué tendría que ver el muchacho con esta boda? Flashback. El hijo de la Infanta Elena protagonizó un momento estelar en la boda de Felipe VI y Letizia al propiciar una patada a una niña que estaba a su lado. Aquella chica era Victoria López-Quesada. Hace 20 años de aquello.
Al enlace acudieron el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y su esposa, Teresa Urquijo, por los vínculos familiares de la mujer del político con la novia, que no faltó a su boda y ejerció como dama de honor.
Y qué decir del entorno. Los novios se dieron el 'sí, quiero' en la espectacular finca Soto de Mozanaque situada en el municipio madrileño de Algete, a tan solo veinte kilómetros del centro de la capital en coche. Un enclave privilegiado que cuenta con un extenso jardín de más de 10.000 metros cuadrados y una casa-palacio con distintos salones destinados a bodas y eventos de altísimo nivel. Una boda que todavía es la envidia entre la alta sociedad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete