QUÉ FUE DE...
Verónica Mengod: «No me gusta la televisión actual. Hay agresividad y contenido fácil»
Hace 38 años saltó a la fama debutando en 'El Kiosko' de TVE. Tiene dos hijos, seis nietos y ha cambiado la pequeña pantalla por la pintura
Joana Morillas
Verónica Mengod tenía diecisiete años cuando debutó en TVE con 'El Kiosko'. Había estudiado solfeo, canto y tenía una dicción perfecta. Después trabajaría con los grandes de la televisión, como Jesús Hermida o Joaquín Prat. Fueron años en que su rostro aparecía ... casi a diario en la pequeña pantalla. Sin embargo, un día, Verónica decidió cambiar de registro: «En televisión hice muchas cosas, trabajé con los mejores, aprendí y me divertí. Llegó un momento en que sentí que se había cerrado esa etapa y quería hacer otras cosas», explica Mengod a ABC.
Al tiempo que trabajaba en Televisión Española, Verónica estudió periodismo. Hizo sus pinitos como reportera con Hermida y también en 'Aventura 92'. Le gustaba la comunicación pero descubrió que su gran pasión era la interpretación. Fue entonces cuando decidió dar un giro profesional: «Estudié arte dramático durante cuatro años y pronto empecé a trabajar. Siento que me reinventé y funcionó». Mengod participó en series tan conocidas como '¡Ala... Dina!', 'Luna Negra' o 'Señor Alcalde'. Guarda un gran recuerdo de Arturo Fernández, solo la muerte del gran actor acabó con la amistad que mantenían.
Verónica estaba en racha como actriz cuando el trabajo empezó a decaer: «Fue la época en que los actores de cine empezaron a hacer series. Hasta entonces, consideraban que la televisión era un género menor. Imagino que la falta de trabajo hizo que cambiaran de pensamiento. El caso es que para mí resultaba complicado encontrar papeles y volví a reinventarme».
Mengod cogió los pinceles en pandemia y no los ha soltado: «Me encanta pintar. Vivo en plena naturaleza y es muy inspirador». Verónica ya hace exposiciones y el boca a boca ha funcionado: «Colgué en mi perfil de Instagram un cuadro y me contactaron para hacer una exposición. Se vendió todo. Mis amigos también me encargan cuadros. Unos se lo dicen a otros y no paro. En breve haré otra exposición». Su estilo, abstracto impregnado de una luz especial, la misma con la que ve la vida y que convierte lo positivo en negativo.
La familia es el pilar de Verónica Mengod. Su vida gira entorno a ellos. Tiene dos hijos y seis nietos: «Cuando mis nietos vienen a casa, nada de jugar con teléfonos. Hacemos muchas actividades. La verdad es que me preocupa la dependencia del móvil que tienen los más jóvenes. Desde pequeños, ya están con el teléfono en la mano y nadie los controla. Eso es una fuente de problemas porque acceden a contenidos que no entienden».
Verónica nunca ha escondido que es una mujer religiosa y con unos valores que echa de menos en la sociedad actual. Eso ha hecho que rechace bastantes proyectos profesionales: «No iban conmigo porque transmitían cosas en las que no creo. Tal como yo lo veo, hay que ser fiel a uno mismo a la hora de hacer televisión o de interpretar. Tenemos una responsabilidad con la sociedad. Sobre todo, con los jóvenes. Los valores son muy importantes para mí».
En cuanto a la televisión, Mengod tiene claro lo que no le gusta: «Los gritos, la agresividad, ese contenido fácil y de poca calidad que se ha impuesto como modelo. Ni quiero ni necesito involucrarme en ese tipo de proyectos».
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