Vargas Llosa e Isabel Preysler, una relación desgastada pero feliz y que fue rentable

Vargas Llosa hizo al menos cuatro posados para la portada de '¡Hola!'. En una de ellas con entrevista incluida hablando sobre su historia de amor y en otra vendiendo su regreso a Perú como una especie de luna de miel, aunque ellos aseguraban 'estar en una continua', porque viajaban mucho por trabajo y por placer. Acudió a la final de MasterChef donde resultó ganadora Tamara Falcó, abrió las puertas de su apartamento en Nueva York y participó en varias escenas del 'reality' de 'La marquesa' en Netflix. No se quejó de nada, ni en las tomas falsas.

En 2018, recién publicado su libro 'La llamada de la tribu', se dejó entrevistar para la portada de 'Vanity Fair' por su entonces hijastra, la marquesa de Griñón. Si hay alguien que lució la biblioteca del difunto Boyer reconvertida en su lugar favorito de la casa de Preysler, ese fue Vargas Llosa en infinidad de entrevistas, tanto en medios audiovisuales como escritos. Pero ahora algunos cercanos al Nobel aseguran que, a él, el espectáculo no le gusta e incluso se atreven a decir que lo suyo con Isabel fue un estudio antropológico.

Parece irónico, porque lo mismo posaba en '¡Hola' en febrero de 2016 diciendo: ¡Este año ha sido el más feliz de mi vida! No esperaba que surgiera algo como esto a estas alturas de mi vida», que unos meses después en Santander, en la ceremonia en la que fue investido doctor 'honoris causa' por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, arremetía contra el mismo género periodístico diciendo en su discurso: «No ha sido una elección mía. La prensa chismográfica ha ganado terreno a la llamada prensa seria. Hay que sobrevivir sin darle importancia», concluía. Pero él le dio mucha, a juzgar por sus apariciones y por cómo su popularidad crecía no solo por sus libros. Entre ellos siempre hubo un pacto, acudir a eventos que ambos considerasen necesarios por motivos contractuales o por puro placer.

A Llosa, por ejemplo, le fascinaba el reportaje en Londres con el actual rey Carlos de Inglaterra patrocinado por Porcelanosa y no acudió al 40 cumpleaños de Tamara organizado por la revista 'Telva'. Recién instalado en Puerta de Hierro concedió una entrevista a 'XL Semanal' en la que aseguraba que a los 80 años su relación con Isabel le había enriquecido, ensalzaba lo gran conversadora que era y confesaba estar muy contento y a gusto en su nuevo hogar, donde destacaba que se dormía muy bien. Y sobre la gran pregunta de si habría o no boda entre ambos, lo tenía claro: «Eso tienes que preguntárselo a Isabel, ella es la que lo va a decidir. Todas las decisiones importantes las toma Isabel», dijo.

Por entonces, el escritor no tenía los papeles del divorcio en regla. Tendrían que pasar casi dos años para que en octubre de 2018 anunciaran que ya podían casarse, tras llegar Mario a un acuerdo extrajudicial con su ex, Patricia Llosa. Fue la fórmula perfecta para evitar escándalos como las sociedades 'offshore', en las que se descubrió que al parecer el matrimonio escondía su millonario patrimonio. Pero hasta el final de su relación, Preysler, insistió en que estaban bien como estaban, aunque el entorno no descartó nunca una ceremonia íntima para legalizar lo suyo. Como ambos habían hecho con sus anteriores relaciones.

Pero en cuestiones sentimentales no existe nada perfecto, y el pasado mes de junio, las diferencias entre la pareja y unos ataques infundados de celos por parte de Mario hacia Isabel, les llevaron a distanciarse unos días. Él abandonó el hogar familiar y se trasladó unos días a su piso del centro de la capital. Pero decidieron darse una oportunidad y pasaron el verano juntos. Reaparecieron felices y muy compenetrados el 28 de octubre, en el ya tradicional evento organizado por la cátedra del Nobel 'Un encuentro por la cultura en libertad', celebrado en una finca de El Escorial, en el que se rodeó de personalidades del mundo de la política y la cultura. Aunque no hay que olvidar que es un evento publicitario, cuyo retorno mediático viene mayormente dado por la presencia de la familia Preysler. El 15 de noviembre, la pareja asistió en el Teatro Real al cumpleaños de su amigo Gregorio Marañón.

Pero el día clave, fue el 30 de noviembre, según ha podido saber ABC. Esa noche en la que Isabel asistió al tradicional brindis solidario de Moet & Chandon en el Palacio de Cibeles, ambos discutieron una vez más, y Mario se mostró celoso de que acudiese a la cita. Una situación que provocó que de nuevo el escritor abandonase el domicilio familiar, al que ya no regresó. Las explicaciones oficiales ofrecidas hasta el momento no terminan de convencer.

El entorno del Nobel asegura que «está feliz y terminando su última novela», y el de Isabel «que la situación era ya insostenible a esas edades». Lo que no se esperaban era un ataque tan duro por parte de los Vargas Llosa tanto hacía Isabel como al resto de la familia, que de momento guardan silencio y están tranquilos porque siempre le han tratado con mucho cariño, tanto en la grave enfermedad del novelista, ya superada, como durante su contagio por Covid, estuvieron a su lado. La precipitación de los acontecimientos nos deja algunas dudas. Tiempo al tiempo