Las alpargatas y las gafas de sol de Margarita Robles en su estilismo para un acto militar

Raro, raro también es la despampanante idea de Yolanda Díaz, queriendo que, a partir de ahora, a las olas de calor, como la que estamos padeciendo, se les ponga nombre, como a las tormentas, ciclones y huracanes. Es una de las grandes propuestas que tiene pensadas por si aparece un cataclismo de repente y sale designada, nombrada y colada como presidenta del gobierno del Reino de España. Pese a todo siempre sería segunda dama…

Y no es que hoy me haya dado por las rarezas, pero estas se suceden sin cesar, sin miramientos ni vergüenza. En la Escuela Naval Militar de Marín se celebró la tradicional conmemoración de la Virgen del Carmen. Entre las personalidades que había, sin la presencia de Su Majestad el Rey Felipe, estaba la Ministra de Defensa, que lo hizo en nombre del Rey. Me chocó su indumentaria desde los pies a la cabeza. No sé si para una ceremonia militar, ya de por sí solemne, las cuñas de esparto, por muy tendencia que sean, son lo más indicado. Las mangas de la chaqueta no podían pertenecer a esa señora, pues su largo prácticamente casi ocultaba sus manos, sin duda recordando las puñetas de sus épocas de jueza y, como colofón, lo de las gafas de sol, depositadas en lo alto de su cabeza a modo de tiara, me descolocaron, sobre todo porque no se podía achacar a que fuera un guiño a la monarquía, porque presiento que sus ideas muy respetables, no van con esa tendencia, ni por ese camino.

La portavoz de Úrsula von der Leyen tuvo que desmentir las declaraciones que le habían adjudicado los listillos y mentirosos de Moncloa, sobre sus negativas opiniones sobre Nuñez Feijóo. Repelente Niño Vicente con su carita de no haber roto un plato en su vida es un como un chavalín bastante pillín. El ministro que es como 'Juanecito Niño Prodigio', que tuvo toda la vida amargados a sus ancianos padres, tiene la perversa costumbre de atacar al jefe de la oposición al que reclama que pida perdón a los empleados de correos, cuando Feijóo es recordado por el éxito de su gestión al frente de la empresa pública. El caso es hablar por hablar con cierto tufillo al abuso. No sé si de poder, de autoridad o de chulería.

Porque lo de Nadia Calviño, llamando mentiroso al aspirante a ocupar Moncloa, es como una consigna propia de los tiempos de las repúblicas.