Treinta años sin Balduino de Bélgica, el rey que amaba España

La imagen en el funeral de su desconsolada viuda, Fabiola de Bélgica, dejó impresionados a todos: de blanco inmaculado por la promesa que Balduino le había pedido mantener, que no era otra cosa que no vestir de luto en caso de enviudar primero. La pareja se procesaba un amor real, no de cuento de príncipes y princesas. Fabiola -que llegó a someterse a una intervención quirúrgica para tener un embarazo- sufrió cinco abortos que les obligó a asumir que no tendrían descendencia. Fue el momento más duro de un matrimonio cuya boda, celebrada en la catedral de Bruselas en 1960, sorprendió a los españoles por los orígenes de la novia.

Balduino Alberto Carlos Leopoldo Axel María Gustavo de Sajonia Coburgo Gotha y Bernardotte nació el 7 de septiembre de 1930. Era de carácter introvertido y taciturno, tal vez por sus amargas experiencias personales: la pérdida de su abuelo cuando apenas tenía cuatro años, la temprana muerte de su madre en un accidente de coche y el exilio en Suiza durante la invasión nazi marcaron sus primeros años.

Su dolor como huérfano quedó reflejado en los diálogos que mantuvo con su institutriz, que fueron posteriormente reproducidos hasta la saciedad. Ferviente católico, su fe era tal que se rumoreaba que, más que reinar, su verdaderos sueño era ser ordenado sacerdote. Pero el país le necesitó antes de lo previsto. Se convirtió en quinto rey de los belgas con 21 años. Y una vez coronado, en 1951, comenzó la desesperada carrera por buscar una reina. Entre las candidatas destacaron la que finalmente fuera reina de España, Doña Sofía, incluso Doña Pilar de Borbón, hermana de Don Juan Carlos. Pero ninguna de las candidatas parecía encajar con la personalidad de aquel melancólico monarca. Muchos historiadores han señalado sus problemas para relacionarse con las mujeres. Por si fuera poco, debía superarse frente a la opinión pública el escandaloso rumor que se cernía sobre la turbia relación entre Balduino y Lilian Baels, princesa de Rhety, su madrastra, apenas años mayor que él. Algunos apuntaban que eran 'demasiado cercanos', asegurando que aquella fue una mala influencia que pasaría factura al futuro rey.

Ya se la había pasado a su marido, Leopoldo III, pues su matrimonio, saltándose la ley belga que obliga a una ceremonia civil antes que a una religiosa, fue una de las razones que justificaron su temprana abdicación. Balduino y Lilian llegaron a viajar juntos en tren en el mismo compartimento nocturno, para escándalo de la corte.

El 17 septiembre de 1960, en el castillo de Ciergnon, para sorpresa de todos, se destapaba la llamada 'Operación Fabiola': hija de los marqueses de Casa Riera, era, como Balduino, una mujer de férreas convicciones católicas. A sus 32 años, la presentan como una mujer nada coqueta, amante de los niños, entregada a causas benéficas. El anuncio de la boda entre ambos no aclaraba los detalles más suculentos de la noticia: cómo se conocieron, cuándo, si fue un flechazo o un romance forjado con el tiempo. Misterio. Sea como fuere, sus personalidades encajaron como un guante. Lo poco que sabemos es que Fabiola viajó a Lourdes para dejar el destino de su boda en manos de la virgen. Allí volvería, esta vez con Balduino, para una reunión decisiva en la que se darían el definitivo 'sí, quiero'.

El 15 de diciembre, tras un retraso provocado por la crisis política debida a la pérdida de la colonia belga del Congo, ambos contrajeron matrimonio en una ceremonia para la que la Casa Real tenía un veto: el hermano de Fabiola, Jaime de Mora y Aragón, la oveja negra de la familia, protagonista de polémicas en Marbella y urdidor de exclusivas. Había tanta expectación que fue la primera boda televisada, con 1.300 invitados, entre ellos y como representantes españoles, Don Juan Carlos y Cayetana de Alba. Fabiola, vestida de Balenciaga, lució en el baile posterior una corona de pedrería, obsequio de Carmen Polo de Franco. Fue la única vez que vimos esa joya.

Fueron unos monarcas muy queridos por los belgas, aunque vivieron una importante crisis provocada por la ley del aborto, que Balduino se negó a refrendar, razón por la que abdicó durante 36 horas acogiéndose a una incapacidad temporal. Sus convicciones católicas le llevaron a justificar su negativa por razones de conciencia, lo que obligó a tomar medidas absolutamente excepcionales.

Junto a su esposa, Balduino descubrió España. Y se enamoró de ella. Veraneaba en Motril, siendo la ciudad de Ávila una de sus favoritas, aunque gustaba de descubrir nuevos destinos en cada uno de sus numerosos viajes. Dicen que disfrutaba contemplando el atardecer con sus perros, el Mediterráneo al fondo.

Este lunes por la tarde en 'Villa Astrida' se celebrará un acto conmemorativo por el fallecimiento del Rey Balduino. Por la mañana se celebrará una misa en su recuerdo y la virgen del Carmen procesionaria hasta su casa. Felipe de Bélgica presidirá junto a su hija pequeña, la Princesa Leonor, estos actos. La Reina Sofía viajará desde Palma en representación del la Familia Real española.

Por la tarde se inaugurará el Memorial del Rey Balduino en la residencia donde pasó tantos veranos junto a Fabiola de Bélgica. La casa, que está llena de recuerdos personales, recordará las figuras de los Reyes Balduino y Fabiola. Allí se encuentra la silla en la que falleció el Rey Balduino hace treinta años.