Los Windsor más unidos que nunca, junto al rey Carlos III, en la misa de Navidad y sin rastro de los Sussex

El huracán mediático provocado por el documental de Netflix de los duques de Sussex, donde la familia real inglesa y la prensa británica no sale muy bien parada, ha conseguido que el resto de la familia esté más unida que nunca.

Poco antes de las 12:00 horas, los Windsor iban llegando a la iglesia de Santa María Magdalena. El Rey y su esposa, Camilla, encabezaban el paseíllo royal, seguidos de los príncipes de Gales y sus tres hijos. George, de nueve años, Charlotte, de siete, y Louis, de cuatro. Tras ellos llegaban las hermanas Beatriz y Eugenia de York con sus respectivos maridos Edoardo Mapelli (que iba de la mano de su hijo Wolfie) y Jack Brooksbank.

El príncipe Andrés acudía también a la celebración a pesar de que no estaba confirmada su asistencia. Gesto que ha sorprendido teniendo en cuenta que el mismo día el rey Carlos III, su hermano, habría ordenado expulsarlo definitivamente de Buckigham Palace.

Desde ahora, Andrés no podrá utilizar la dirección de palacio como despacho ni tampoco enviar o recibir correo con el membrete de palacio, según informó la prensa británica. «Cualquier presencia en el palacio ha terminado oficialmente», ha publicado 'The Sun' citando fuentes de palacio. «El rey lo ha dejado claro. Él no es un trabajador real. Está solo», comentaban.

Tras la misa, la familia real británica se dirigió al palacio de Sandrigham para celebrar la comida de Navidad con el tradicional pavo y posteriormente Carlos III se dirigía a la nación, con el primer discurso que hace en calidad de monarca reinante.

A diferencia de su madre, quien solía dirigirse a la nación desde el palacio de Buckingham, Carlos III grababa su discurso en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, escenario de momentos tan importantes de su familia como la boda de los duques de Sussex en 2018 o, más recientemente, el funeral de la reina Isabel II, quien además se encuentra enterrada allí.

La elección de este lugar se ha debido precisamente a un deseo del nuevo rey de recordar a su madre, a quien ha estado dedicado la mayor parte de su histórico discurso. «Estoy parado aquí en esta exquisita Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, tan cerca de donde mi amada madre, la difunta Reina, descansa con mi querido padre», comenzaba diciendo.

«La Navidad es un momento especialmente significativa para todos aquellos nosotros que hemos perdido a seres queridos. Sentimos su ausencia y los recordamos en cada tradición querida», continuaba diciendo mientras se veían distintas imágenes de Isabel II. «La creencia de mi madre en esa luz fue un parte esencial de su fe en Dios, pero también de su fe en la gente, algo que comparto con todo mi corazón», añadía en referencia a una tradicional canción navideña.

El discurso fue grabado días antes del viaje de Carlos y Camilla a la mansión de Sandringham, donde Isabel II solía celebrar las fiestas navideñas con toda la familia.