De la tienda de Dolce&Gabbana al altar: la curiosa historia de amor de Cristiano y Georgina

Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez iniciaron su relación amorosa en 2016 después de un instante que ambos calificaron con el tópico de «mágico». Ocurrió en una tienda de Dolce&Gabbana, donde ella trabajaba de dependienta. Un encuentro breve pero suficiente para propiciar un próximo encuentro. Y luego otro, y otro, y otro... Así hasta el altar.

«Fue amor a primera vista», diría Cristiano Ronaldo. «Era inevitable lo que sucedió entre nosotros», añadiría Georgina, aunque esta sin embargo nunca ocultaría que lo que inicialmente le impresionó de él fue su estatura, su físico y su rostro. Luego se volvería más lírica al matizar que con el tiempo ya empezaría a apreciar más la manera en que el futbolista la quería y cuidaba.

En aquel año 2016, Cristiano Ronaldo rivalizaba con Lionel Messi por ser la mayor estrella de fútbol del planeta. O lo que es lo mismo: ser uno de los hombres más poderosos e influyentes del mundo. La noticia de la relación entre el futbolista y Georgina se hizo más o menos oficial tras una aparición pública de la pareja durante un paseo por Disneyland París en noviembre de 2016. Aquellas fueron las primeras fotos de millones más que seguirían.

Desde el primer día, la pareja desafió continuas bromas en las redes sociales sobre la funcionalidad (o disfuncionalidad) de la pareja y augurios de temporalidad. Pocos pensaron que aquello duraría, pero futbolista e influencer han llegado hasta lo más lejos: la petición de mano.

Por el camino llegaron los niños, un factor que era decisivo para Cristiano Ronaldo y un fervor de lo que también participaría su novia. «La vida me cambió para bien desde que lo conocí. Nunca me interesaron sus exparejas, siempre he amado a los niños y para mí tener cuatro no es un problema. ¡Son una bendición!», señalaría Georgina sobre su expansión familiar.

Georgina Rodríguez se convirtió en la madre de la hija biológica de Ronaldo, Alana Martina, en 2017, y asumió el cuidado de los otros hijos del jugador: los gemelos Eva y Mateo, nacidos por gestación subrogada en Estados Unidos, y Cristiano Jr., nacido antes de iniciar la relación. En total, la pareja comparte la crianza de cinco hijos y no dudan en exhibir sus planes familiares juntos.

En este tiempo, Georgina Rodríguez se ha tenido que adaptar a las exigencias de la profesión nómada de Cristiano Ronaldo y no ha dudado en seguirle a donde fuera, desde Turín a Arabia Saudita. Incluso si ello suponía aparcar algunos proyectos empresariales. Para ella, los viajes siempre fueron nuevas oportunidades. Por ejemplo, su serie de Netflix contando su nueva vida en territorio de jeques. Para el futbolista, estas fueron las cualidades que le ataron a Georgina: «Siempre logró mantener la familia unida, también gracias a su disciplina como esposa y madre».

De su historia de amor solo se ha conocido fielmente lo que ellos han querido contar. Por ejemplo, en su serie de Netflix, donde sin ir más lejos expusieron aquel momento difícil que supuso la pérdida de uno de los mellizos que esperaban en 2022. Pero se puede decir que han tenido un completo éxito a la hora de proteger su intimidad y dominar sus canales de comunicación y exposición. «Más de 40 millones de personas me siguen, pero nadie sabe cómo me siento realmente», resumiría Georgina. Y como se sienten ahora es como una feliz pareja de aparentes triunfadores que se van a casar.