Taylor Swift brilla y se bebe la Super Bowl

Pero claro que llegó, no había opción a que no lo hiciera: Swift se ha convertido en elemento central del fútbol americano por su noviazgo con Travis Kelce, puntal de los Kansas City Chiefs, que disputó la final contra los San Francisco 49ers.

La eclosión del fenómeno 'swiftie' y del deporte rey de EE.UU. ha incrementado los ingresos de la NFL, ha abierto al fútbol americano a un público nuevo y es probable que haya convertido a la Super Bowl de este domingo en la más vista de la historia. Un estudio de Apex Marketing asegura que el impacto del noviazgo de Swift con Kelce ha supuesto 350 millones de dólares adicionales para los Chiefs y la NFL. La liga hubiera dejado antes en casa a los árbitros que haberse perdido la visita de Swift.

Y llegó puntual a la cita, a un palco en el Allegiant Stadium de Las Vegas que costó un millón de dólares. Allí se le vio con familiares de Kelce -su madre Donna; su hermano, Jason, también jugador de la NFL, se acaba de retirar- y con amigas famosas como la actriz Blake Lively, la cantante Lana del Rey o la rapera Ice Spice.

Los sesenta mil espectadores que pagaron una fortuna por una butaca de la Super Bowl no tardaron en verla por la pantalla gigante. Ni siquiera había comenzado el partido. Fue cuando el cantante Post Malone hizo una versión de 'America the Beautiful' y los realizadores mostraron a la más 'beautiful' de las americanas, para su legión adolescente de seguidores. Swift estaba abrazada a Lively mientras sonaba la canción patriótica.

La siguiente vez que apareció en pantalla fue abrazada a una cerveza. Y tenía un plan: nada más ver su cara en la pantalla gigante, se la tomó de trago, ante el júbilo del respetable. Quizá era una manera de encajar en la familia: Jason Kelce, una montaña humana, se convirtió en sensación en el partido previo a la Super Bowl, donde los Chiefs consiguieron su pase a la final: celebró la victoria sin camiseta y soplándose una lata de cerveza de un trago.

También hubo imágenes en las que se vio a Swift hablando con Roger Goodell, el comisionado de la NFL, que le debe un par de rondas a la cantante por el impacto que está teniendo en el deporte.

Para cerrar una semana de gloria -se cubrió de premios Grammy el fin de semana pasado, ha llenado cuatro noches consecutivas en Tokio, ha anunciado su nuevo disco- Swift vio cómo en la prórroga el equipo de su novio se llevó la victoria. Saltaron las palomitas y las copas en su palco, en un abrazo entre amigas, como quien va a ver al equipo del instituto.

A Swift, por supuesto, le dieron acceso al terreno de juego tras el partido. Allí se fundió en abrazos y besos con Kelce y vio cómo su pareja cantaba 'Viva Las Vegas' , de Elvis Presley, y 'You Gotta Figth for Your Right', de Beastie Boys. Solo faltó que Swift hiciera el 'show' del descanso, que corrió a cargo de Usher. Seguro que Goodell lo tiene apuntado para el año que viene.