Tailandia juzga a Daniel Sancho con secretismo

El proceso judicial, que concluirá el próximo 3 de mayo, ha comenzado bajo el hermetismo impuesto por las autoridades tailandesas, quienes no han permitido que ningún periodista entre las decenas de desplazados al lugar accediera a la sala para dar cuenta de lo que en su interior sucedía, con la única excepción de la agencia EFE por motivos que no han trascendido.

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LOS VESTIGIOS DEL CASO SANCHO

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Así, el arranque del litigio no brinda más fuente de información que los representantes legales involucrados en el mismo. Estos han realizado comentarios superficiales ante la severa amenaza del juez, cuya identidad tampoco ha sido revelada, quien ha advertido que la divulgación de detalles relativos a la causa podría constituir un delito y, por tanto, conllevar consecuencias punitivas para los responsables.

Un extraordinario secretismo, en resumen, que según los funcionarios públicos responde a la «falta de espacio» en la sala elegida, con capacidad para una veintena de asistentes, así como al propósito de evitar «juicios paralelos» en la opinión pública. Tanta es la expectación generada que un reportero local ha irrumpido para tratar de tomar una fotografía, lo que ha provocado una interrupción temporal de la vista.

El Tribunal Provincial de Koh Samui se levanta en lo alto de una colina y su entrada principal, presidida como corresponde por la imagen del rey Rama X, ofrece una panorámica de frondosas palmeras verdes que llegan hasta el mar. Allí la jornada ha empezado a las diez menos cuarto de la mañana, hora local, y tras un receso para almorzar entre la una y las dos ha proseguido hasta las siete menos cuarto, casi tres horas más tarde de lo esperado.

El motivo no ha sido otro que la larga lista de testigos citados de declarar hoy, tal y como adelantó el abogado tailandés de Daniel Sancho, Apichart Srinuai, a su llegada al lugar. Este también detalló que la convocatoria seguirá el curso de los acontecimientos, por lo que los primeros participantes han resultado cuatro personas vinculadas con los indicios originarios del supuesto crimen. Entre ellos, según ha señalado EFE, una mujer de nacionalidad birmana que encontró los primeros restos mortales de Arrieta en un vertedero el 3 de agosto, en la mañana posterior a los hechos, y una mujer tailandesa que alquiló una motocicleta a Sancho el 31 de julio.

Tal y como había adelantado su defensa, Sancho ha vuelto a declararse no culpable de los dos principales delitos que afronta, asesinato premeditado y destrucción de documentación ajena, castigados con hasta pena de muerte y cinco años de cárcel respectivamente, pero sí ha reconocido la profanación y ocultación del cadáver, penado con un máximo de un año.

Sancho también ha podido interpelar directamente a los testigos, una táctica acordada con sus abogados, e incluso ha solicitado al juez la lectura de los artículos del Código Penal que recogen los crímenes de los que está acusado. «Le he visto muy tranquilo, sin ninguna muestra de arrepentimiento», ha comentado durante el receso Luis Gonzalo Ospina, responsable del equipo legal que representa a los familiares de Arrieta, personados como coacusación junto a la Fiscalía. El letrado español ha calificado de «imagen escalofriante» la visión de Sancho con grilletes en pies y manos.

Gran parte de la atención estaba puesta en uno de los asistentes en particular, Rodolfo Sancho. Coincidiendo con la apertura del juicio oral, el famoso actor de televisión y padre del acusado ha presentado una serie documental en la plataforma HBO Max, titulada 'El caso Sancho', en la que por vez primera narra su perspectiva de lo sucedido. Pese al acoso de la prensa, a su salida del Tribunal Provincial solo ha expresado sentirse «más optimista» después de la sesión de hoy.

Ambas partes se han expresado en ese sentido al término de la vista. Apichart Srinuai ha asegurado que «los testimonios de hoy han resultado favorables para Sancho porque ninguna de las personas vio el incidente, son solo testigos circunstanciales lo que es positivo para sus intereses».

Ospina, por su parte, ha reiterado sus cautelas. «El tribunal como bien sabéis nos ha informado de que seamos muy prudentes y no desvelemos absolutamente nada de las declaraciones que se producen en el plenario bajo apercibimiento claro de que podríamos cometer un delito, por lo tanto tenemos que ser muy prudentes en todo nuestro análisis».

Sin embargo, acto seguido ha apuntado que Sancho «ha venido a discutir lo que en España llamaríamos la tipicidad de los hechos en relación con la acusación que se formula, algo que nos ha llamado la atención. Lo único que puedo referir es que no ha mostrado arrepentimiento, todo lo contrario, ha venido a discutir las tesis como viene haciendo su defensa». Ya de noche, y como si las circunstancias hubieran tomado prestada la pluma de Tom Wolfe, el grupo se batió en retirada.